Tabichi, un profesor
de estatura mundial
por David Auris Villegas; davidauris@gmail.com
4-4-2019
Como soldado del ejército de profesionales más importantes y
menos valorados a nivel planetario, disfruto la confirmación de mi sospecha
respecto al heroico compromiso de los educadores y educadoras que, a pesar de
un salario irrisorio y animadversión social en países sudesarrollados como el
nuestro, libran épicas batallas por un mundo mejor, como Peter Tabichi que hoy
aparece en las portadas del mundo, gracias a la fundación Varkey,
considerándolo el mejor profesor del mundo 2019.
Lo cierto es que el Estado, la sociedad, la prensa y el
empresariado no ven con buenos ojos a la comunidad docente, pero destaco el
impacto mundial que genera esta elección del mejor maestro del mundo, el mismo
que empodera y fomenta el liderazgo pedagógico articulado, elevando el estatus
docente, inyectando conciencia y pasión por la educación de calidad ciudadana
universal.
En esta línea, la Fundación Varkey, (The global teacher prize), enarbolando su filosofía altruista,
estimula una mejor educación global del planeta con sus postulados de innovar
procesos de aprendizaje, empoderando pedagógicamente a los maestros y maestras,
generando el cambio educativo, concluyendo con el reconocimiento pecuniario a
los esfuerzos creativos en cualquier parte del mundo.
Definitivamente este aliciente incentiva la reinserción
protagónica del docente en su entorno social a nivel macro, ejerciendo la educación
desde diversas perspectivas globales en red con responsabilidad, utilizando
plataformas del internet que ahora ha acortado las distancias del planeta,
ampliando los horizontes de nuevos aprendizajes por los actores centrales de la
educación al centro de la interconexión mundial.
Ante esta coyuntura de relevancia social, el docente en su
posición educadora, se ve presionado a aprovechar y liderar pedagógicamente los
destinos de una sociedad global, como profesionales influencers en la generación google
a lo largo y ancho del planeta, liberándolos de su acartonamiento del sistema
educativo, implantado por políticos emocionales de mirada cortoplacista.
De la misma manera el empresariado en su rol generador de
empleos, está invitado a hacer eco de estos gestos mundiales, organizando y
destinando fondos en su jurisdicción, adoptando instituciones educativas como
en los países desarrollados, con el ánimo de construir una sociedad más
próspera y equitativa, haciendo común un lema ya muy practicado masivamente a
nivel universal, “todos por la educación”.
Conscientes de la alta rentabilidad espiritual y material
que genera la educación de calidad para todos y todas, la Fundación Varkey,
indirectamente compromete a los líderes y lideresas de la aldea global y a la
prensa mundial, a sumarse a esta bella causa, la de poner en portadas, agendas y debates, la importancia del
quehacer docente como punta de lanza que asegure el logro de los objetivos de
desarrollo sostenible de la PNUD.
Por lo anterior sustentado, esta premiación es un mensaje
revitalizador a los Estados del mundo para revalorizar el ejercicio docente, si
pretendemos un desarrollo para todo el país con impacto en el planeta, la de
situar esta noble profesión al nivel de los médicos como lo hacen en Alemania,
Finlandia y China, pues el maestro es el médico del espíritu al alcance de un
clic.
Sin embargo habrá quienes opinarán, que esta premiación
mundial, como la de elegir al mejor “maestro” del mundo con modesto trabajo
sostenido de corto tiempo, pronto incitará premiar a Michael Obama con el nobel
de Literatura solo por haber arrasado con la venta de sus memorias en un mundo
altamente consumista y marketera.
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