Informe
Señal de
Alerta-Herbert Mujica Rojas
30-10-2025
¡Burros públicos, devolución de todo lo mal ganado!
https://senaldealerta.pe/burros-publicos-devolucion-de-todo-lo-mal-ganado/
Si la
consagración del legislador es a tiempo completo ¿quién o qué entidad controla
su productividad? Es decir ¿cuántas leyes formuló desde la génesis hasta la
comprobación de su utilidad a la ciudadanía? Legiferantes hay que en ¡25 años!
apenas si mandaron a hacer piltrafas para cumplir.
¿Por qué se
alocan los candidatos en llegar al Senado y a Diputados? La tesis del ganapán
es imbatible: cada 30 de mes hay pago fijo. Además los protocolos elevan a
ciudadanos simples y comunes a la altura del doctorado, con choferes anuentes,
tropas de secretarias y brigadas de asesores mañosos en usar el tiempo de
manera que pasen los años ¡como si nada! ¡No es poco!
Antaño los
parlamentarios señalaban su procedencia y representación. Ahora se hacen llamar
.. de la República, aunque, hay que confesarlo, la mayoría del público, no
alcanza a distinguir ¡ni a 10, de esos 130 anónimos eternos!
Preciso y
fundamental es que se audite anualmente el trabajo legislativo del
parlamentario. Si no lo hace o incurre en el mismo para dar la apariencia,
entonces estamos ante un hurto, un delito penal porque se les paga con dinero
del pueblo.
Vigilar el buen
uso del dinero del tributante es una forma de control soberano a que el pueblo
tiene derecho inalienable.
Si el legiferante
no cumple con su tarea y malgasta dinero, DEBE devolver lo que se le pagó y ser
sancionado con la prohibición vitalicia de ser contratado por cualquier entidad
del Estado.
Con el desorden
sempiterno que revolotea en la cabeza de los legisladores, confundieron
dedicación exclusiva con entrega total a sus negocios desde la oficina del
Congreso. Si un representante hace declaración jurada al salir ¡no hay pretexto
válido para incrementar sus bienes, toda vez que le era permitido un solo
empleo! ¿O no?
La genuina verdad
es que no pocos ambicionan una curul porque están vagando o se aburrieron de los
catafalcos a que les envíó la voluntad popular, defraudada por ellos mismos y
requieren seguir siendo los emperadores de reinos minúsculos en que gobiernan
las maquinarias y aplanan cualquier brote nuevo o levantisco.
El escaño actual,
como casi siempre, en la vida republicana, solo ha sido un mueble cómodo,
visible, cosmético. Las grandes componendas se facturan en petit comité, los
portavoces confeccionan las prioridades y el poder mandamás determina cuáles
serán las decisiones. Pero es impresionante cómo la adulación transforma a
insignificantes en “personalidades”.
En el formidable
texto Nuestros legisladores, Manuel González Prada (a quien no ha leído
el 95% de aspirantes), consigna párrafos de atroz descripción del Legislativo:
Minorías, mayorías, palabras de significación aleatoria
cuando se piensa que nuestros legisladores suelen amanecer oposicionistas y
anochecer ministeriales. Hasta en las minorías de apariencia más homogénea
conviene señalar a los hombres-convicción, a los que sostienen una idea, para
distinguirles de los hombres-polea, de los que chirrían por no estar lubricados
con el aceite de
Entonces ¿de qué nos sirven los
Congresos? ¿Por qué, en lugar de discutir la disminución o el aumento de las
dietas, no ponen en tela de juicio la necesidad y conveniencia de suprimirse?
¡Qué han de hacerlo! Senadurías y diputaciones dejan de ser cargos
temporales y van concluyendo por constituir prebendas inamovibles, feudos
hereditarios, bienes propios de ciertas familias, en determinadas
circunscripciones.
Hay hombres que, habiendo ejercido por treinta o cuarenta años las
funciones de representante, legan a sus hijos o nietos la senaduría o la
diputación. No han encontrado la manera de llevarse las curules al otro mundo.
Haciendo el solo papel de amenes o turiferarios del Gobierno, los honorables
resultan carísimos, tanto por los emolumentos de ley y las propinas extras,
como por los favores y canonjías que merodean para sus ahijados, sus electores
y sus parientes.
Comadrejas de bolsas insondables, llevan consigo a toda su larga parentela
de hambrones y desarrapados. En cada miembro del Poder Legislativo hay un
enorme parásito con su innumerable colonia de subparásitos, una especie de
animal colectivo y omnívoro que succiona los jugos vitales de la Nación”.
El servidor público, aupado en el Senado o Diputados, que no haga un número
mínimo de leyes, debe ser auditado severamente y comprobada la utilidad de su
producción. Si falla debe devolver todo lo que le pagó en sueldos el Estado y
condecorado como Burro Público y prohibido de contratar con el mismo.
Restituir el juicio de residencia para por lo menos 2 años y evitar que se
fuguen los réprobos del país, constituiría un acto soberano, en defensa del
pueblo que paga pero que nunca obtiene lo justo y necesario que implica su
obligación de honrar.
Los clubes electorales, otrora partidos políticos, requieren reorganizarse
y sepultar a los anacrónicos mercaderes que convirtieron una plataforma de
lucha en las calles, sindicatos, entidades, en muelles camas para descansar sus
indisciplinas y placeres ilícitos.
¿Habrá pensado alguno de los postulantes en vigilar cómo funciona el
Congreso? Si no lo ha hecho hasta ahora, no sería mala idea que lo medite. La
revolución de pan con libertad no es obsequio del cielo ni llueve abundamente,
es gesta, heroísmo, entrega y fe en la forja de un Perú libre, justo, digno y
culto.

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