Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
13-5-2015
"¿Consultarnos?":
¡craso error presidente Humala!
Al ser preguntado ayer el jefe de Estado, Ollanta Humala, en
torno al caso que ventilan ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya,
Bolivia y Chile, respondió correctamente que ése era un tema bilateral pero
incurrió en craso error cuando enunció la posibilidad de
"consultarnos" si esos dos países "deciden" que la salida
al Pacífico "sea por Arica".
Recordemos lo que dice el Artículo 1 del Protocolo
Complementario inseparable del Tratado de Lima del 3 de junio de 1929:
"“Los Gobiernos del Perú y de Chile no podrán,
sin previo acuerdo entre ellos, ceder a una tercera potencia la
totalidad o parte de los territorios que, en conformidad con el Tratado de esta
misma fecha quedan bajo sus respectivas soberanías, ni podrán sin ese
requisito, construir, a través de ellos, nuevas líneas férreas
internacionales.”
Escribí no ha mucho
y ante la aserción pronunciada por un embajador desdeñoso, lo siguiente:
"El Tratado del 3 de junio de 1929, entre
Perú y Chile dice con claridad meridiana e inconfundible que se trata, para
cualquier cesión a tercera potencia del patrimonio acordado -Arica y Tacna- por
el tratado, de un previo acuerdo entrambas. Previo acuerdo no es consentimiento
sino antelada y muy cuidadosa presentación de argumentos para el
establecimiento de un convenio que posee la característica distintiva y
singular de previo. ¿De qué consentimiento habla Ponce dando por hecho que Perú
tiene que decir sí o no a la pretensión boliviana de un corredor por Arica?
Esta imprecisión se reitera con frecuencia en Torre Tagle,
no son pocos los que la dicen y es mayúscula la recurrente barbaridad en boca
de supuestas autoridades en el tema. Regalan así y traicionan a la Patria
quienes merodean por estos caminos vedados por la historia del conflicto de
1879-1883 y que costó el sacrificio de miles de mártires en defensa del
territorio nacional. Nada de esto importa cuando se trata de decir naderías con
soberbia e imprecisión." ¡Previo acuerdo, señor Ponce, previo acuerdo!
http://www.voltairenet.org/article183735.html?var_mode=recalcul
12-5-2014
En otro texto
informativo sostuve:
"En buen castellano
antes que cualquier trato con algún otro país, Perú y Chile tendrán que
establecer un previo acuerdo sobre
la suerte de Arica y Tacna. De otro modo se estaría violando el Tratado que fue
-y es- base fundamental del contencioso marítimo que se ventila en La Haya.
¿A qué aspira la
ciudadanía del Perú en cuanto a sus profesionales de la diplomacia? ¡A que
defiendan a la Patria en el delicado arte de la negociación en la mesa y en la
habilidad jurídica de la defensa sólida de los Tratados que, como el de 1929,
sirven de piedra angular de nuestra política exterior con Chile. Quien o
quienes NO lo hagan así incurren en traición, monda y lironda.
No pocas veces se
habla con irresponsabilidad de que Perú tiene "que opinar" en torno a
los terrenos que fueron suyos cuando lo que hay, con meridiana e inconfundible
claridad, salvo interpretación torcida, es la obligación de lograr un previo acuerdo que puede venir desde
Chile o generarse en Perú en un ejercicio bilateral y exclusivo." Perú-Chile: el insustituible Previo Acuerdo
http://www.voltairenet.org/article178028.html?var_mode=recalcul, 2-4-2013
Infiérese de modo
irrecusable que cuando se habla de Arica y Tacna y para su cesión a cualquier
otro tercer país, tiene que haber un previo acuerdo entre Perú y Chile ¡nadie
más!
En Perú-Chile: un poco de historia
(14-5-2004) http://www.voltairenet.org/article120900.html
se consignan los siguientes párrafos ilustrativos:
“El 3 de junio de 1929, es decir, hace casi 75 años, Perú y
Chile firmaron el Tratado y Protocolo Complementario para resolver la cuestión
de Tacna y Arica. En el artículo primero del Protocolo se dice: “Los Gobiernos
del Perú y de Chile no podrán, sin previo acuerdo entre ellos, ceder a una
tercera potencia la totalidad o parte de los territorios que, en conformidad
con el Tratado de esta misma fecha quedan bajo sus respectivas soberanías, ni
podrán sin ese requisito, construir, a través de ellos, nuevas líneas férreas
internacionales.”
Quiere decir que cualquier decisión sobre un milímetro de
Arica tendrá que ser con previo acuerdo sobre los términos, alcances, duración
y formas en que esta eventualidad pudiera tener ocurrencia. No es que Chile
presente al Perú decisiones tomadas con terceros países, sino que un trato
antelado, enhebrado en sinergia tiene que incluir la decisión soberana de ambos
países: Perú y Chile, ningún otro. Por tanto, desde 1929, nada ha ocurrido sin
que nuestros países hayan dado su consentimiento o negativa expresos.
Para el ilustre diplomático e historiador, Félix C.
Calderón, en su obra El Tratado de 1929:
La otra historia, refiriéndose a las modalidades de servidumbre en el
artículo 1º del Protocolo, escribe: “Cómo puede apreciarse, ella consiste en la
autolimitación que ambos países se han impuesto respecto a la suerte de Tacna y
Arica, después de la entrada en vigor del Tratado de 1929” (p.290).
Es más, precisa Calderón que “De origen chileno e incluida a
insistencia de ese país (el artículo 1º del Protocolo), lo que se persiguió con
esa cláusula fue frustrar cualquier eventual arreglo peruano-boliviano en
detrimento de Arica. Stricto sensu, esta limitación debió haberse aplicado
solamente a Chile, como resultado de la cesión territorial de Arica que hizo el
Perú. Lo curioso del caso es que habría sido la libre disponibilidad del Perú
sobre Tacna, sobre todo en lo que se refiere a la construcción de una nueva vía
férrea hacia La Paz ,
lo que habría querido restringir Chile. Y
para ello no se le ocurrió nada mejor a la Cancillería de La Moneda que recurrir al
texto del artículo sexto del Tratado boliviano-chileno de 10 de agosto de 1866,
tal como lo recordara Culbertson” (p. 290, op. cit).
En la p. 237 de Posición
Internacional del Perú, Alberto Ulloa Sotomayor, sostiene: “Resuelta la
cuestión de Tacna y Arica sin la participación de Bolivia, el interés y juego
de Chile son y tienen que ser claros en el sentido de orientar hacia el Perú la
aspiración portuaria boliviana. Satisfacerla a costa nuestra significaría
vencer y debilitar nuevamente al Perú, émulo permanente de Chile en el Sur del
Pacífico; crear una separación abismal entre el Perú y Bolivia por un tiempo
cuya extensión estaría en razón directa de tan monstruosa injusticia; crearle
al Perú un nuevo competidor político y económico, en mejores condiciones
geográficas y necesariamente subordinado o sometido a Chile, ya que no podría
ser amigo del Perú y ya que necesitaría apoyar en una amistad con aquél la
garantía de continuidad en una posesión írrita de la que el Perú haría todos
los esfuerzos posibles por expulsarla”.
El integérrimo patriota Alfonso Benavides Correa afirma en su
libro Por la patria libre y la justicia
social, en la p. 64: “Chile se luce muy generoso con el territorio de
Arica, que fue exclusivamente peruano hasta el 3 de junio de 1929 en que el
Perú se la cedió a Chile con reservas de dominio, pero se cuida de no hacerle
ningún ofrecimiento por los territorios que a Bolivia le pertenecieron hasta el
20 de octubre de 1904 en que, de sur a norte, Bolivia tuvo como puertos propios
Antofagasta, Mejillones, Cobija y Tocopilla. ....Chile no le ofrece a Bolivia
ninguno de estos puertos porque desde 1879, le ofreció Tacna y Arica a Bolivia,
o únicamente Arica o una fracción de Arica, que no pertenecía a Bolivia sino al
Perú que se proyectaba desmembrar, como canje por Atacama que Chile le sustrajo
a Bolivia y como póliza de seguro de Tarapacá que Chile le arrebató al Perú”.
Debería el presidente Humala asesorarse mejor para no
incurrir en errores que en su posición son o juegan en detrimento de la
integridad soberana de la Patria.
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