1. El APRA debe ponerse del lado de Susana Villarán porque el APRA es genéticamente demócrata y republicana y apuesta por la construcción de la ciudadanía, tal cual lo enseñó Víctor Raúl Haya de la Torre. 2. Porque el valor y el significado del aprismo demandan el respeto al juramento de alcanzar un país de pan con libertad. Ello impide aliarse con los enemigos de la Democracia. La fraseología no puede disfrazar lo evidente: se está intentando someter la identidad e historia del aprismo, en beneficio del lumpen político. Ello constituye una deshonra a la tradición aprista.
3. Porque el aprismo no tiene la misión histórica de ser el puñal con la cual el lumpen de derecha hiera a la ciudad de Lima. El APRA sabe muy bien que el espíritu oligarca no se encuentra en la actual gestión municipal, sino en los enemigos de ella. La causa que defienden Rau Rau, Castañeda, Fabiola Morales, Marco Turbio, Vidal y otros sujetos semejantes, no merece apoyo ni excusa de ningún tipo.
4. Porque al apoyar la revocatoria el aprismo no gana nada y pierde lo único que de verdad le queda: la identidad de saberse el único y auténtico partido que la Democracia peruana forjó en el siglo XX de la historia peruana, que construyó con la sangre y ejemplo de sus mártires la idea de un auténtico Perú republicano. No hay nada mas ajeno a las entrañas del aprismo que lo que pretenden los impulsores de la revocatoria.
5. Porque el partido aprista sabe perfectamente que una izquierda renovada, liberal y demócrata no es el enemigo a vencer. Los principales perdedores de una eventual revocatoria serán sin ninguna duda los pobladores de lima y los únicos ganadores serán las mafias del transporte, de la política y los lobbistas que en la gestión de Castañeda se dieron un banquete merced a los millones que se concedieron evadiendo la supervisión de Contraloría.
6. Porque el aprismo no puede degradarse a poner su experiencia, sus valiosos y experimentados cuadros y la ilusión que empujó a un joven Haya de la Torre a fundar el APRA, al servicio del lumpen que quiere atentar contra el derecho de los limeños a tener una ciudad más acogedora, civilizada e inclusiva. Son situaciones como éstas en las que debe relucir la autenticidad del compromiso del aprismo con el pueblo.
7. Porque el aprismo no ha venido a la historia para convertirse en el fin de sus días en los nuevos tontos útiles de la rama bruta y achorada de la derecha heredera de la oligarquía vendepatria y antinacional. El aprismo no vino al mundo para terminar escribiendo un capítulo que lo desacredita ante los ojos de su propia historia.
8. Porque el aprismo no puede empecinarse en cobrar revancha a las torpes actitudes que tuvo Susana Villarán con el partido. Víctor Raúl Haya de la Torre enseñaba: "Mortal, no hagas tu odio inmortal"
9. La decadencia política del APRA no consiste tanto en verse reducida a una ridícula bancada -legítimo castigo del pueblo peruano-. El verdadero oprobio reside en la entrega de los cuadros apristas para el servicio y beneficio de quienes amenazan el derecho del pueblo a una política sin mafias, ni caciquismos ni corruptelas.
En suma, el APRA no tiene ningún motivo para atacar a Susana Villarán y sí tiene mil razones para defender a Lima y defender a la Democracia amenazada por la arremetida de la Derecha Bruta y Achorada y los secuaces de la década infame.
La solución no puede ser otra:
La militancia aprista debe defender la Democracia, y en las actuales circunstancias ello no implica otra cosa que apoyar a Susana Villarán.
Atte. Víctor Manuel Castillo Sánchez. |
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