Monday, March 08, 2021

Perú y Francia: ¿países hermanos o primos lejanos?

 


Perú y Francia: ¿países hermanos o primos lejanos?

por Jorge Smith Maguiña; kokosmithm@hotmail.com

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8-3-2021

 

Perú y Francia han sido siempre dos países que se atraen mutuamente. A los peruanos Francia siempre les atrajó como un faro cultural que aunque ya no es el único, mantiene un lugar preferencial. Su espléndida literatura tiene obras de Balzac, Dumas y Hugo que las conocemos desde nuestra infancia. Su exquisita gastronomía, con sus complicadas y variadas salsas son para los peruanos que tenemos también una exquisita y variada gastronomía, en realidad, más un referente teórico que real. En lo cual no tienen rival los franceses es en los quesos y en los vinos y el maridaje de ambos para los que amamos estos últimos, es para degustarlos con una reverencia casi eucarística. Es algo novedoso y placentero por lo demás, que gracias al esfuerzo de muchos viticultores peruanos que el vino se haya ido asentando en nuestras mesas y aunque en forma limitada todavía, le esté robando un espacio a la democrática cerveza.

 

Al igual que a nosotros, a los franceses les encanta hablar de política y de comida y con ese dejo tan francés, que tienen al hablar nuestro idioma, pues nunca pierden su típico acento. Su idioma es de una sutileza sin límites y permite expresar el pensamiento de una forma muy clara y precisa. Dudo mucho que Descartes, hubiese podido escribir “El Discurso del Método” en otra lengua que no fuera el francés. Además, como pocas, es una lengua que permite decir las cosas solo sugiriéndolas, como también permite el arte de hablar sobre muchas cosas sin decir nada. Su idioma es una de las muestras absolutas del refinamiento francés. Su idioma refleja su cultura, y si lo hablas como lo hablan ellos, sin que uno se dé cuenta, muchas puertas se le abren a uno. En suma Francia es un país que nos atrae y atraerá todavía por buen tiempo, aunque Francia ya no es el país que imaginamos y que incluso para los mismos franceses ha dejado de ser el país que hubiesen querido que continuara siendo.

 

Algunas situaciones grotescas de las cuales hablaremos, ligadas a la función pública, muestran que la inmaculada Francia que durante tanto tiempo tuvo funcionarios públicos caracterizados por su eficiencia y probidad, signo de una verdadera “vocación de servicio al Estado”, ya no es lo que era. En Francia todo se hace con una extrema discreción. La misma distinción que premia los servicios a la nación o se da a los ciudadanos franceses o extranjeros que han hecho algo relevante, no son pesados medallones, como los que a veces sin ningún criterio regala el Estado peruano y terminan vendidos en casa de antigüedades o empeñados en otros negocios. La Legion d´Honneur francesa es una distinción pequeñísima, que se pone en la solapa de cualquier vestimenta. La gente sabe quién la amerita.

 

Es una lástima, pues, que para nosotros se haya ido perdiendo ese referente que era la forma eficiente y fluida cómo funcionaba administrativamente el Estado francés. Durante los últimos decenios se nos ha vendido el cuento de que el Estado debe funcionar como una empresa. Los pillos que en algún momento han ascendido al poder, como el ex presidente Kuckynsky, ahora en detención domiciliaria, tomaron eso al pie de la letra y utilizaron al Estado peruano como una más de sus empresas, no haciendo ninguna distinción entre los intereses nacionales y sus negocios privados.

 

Francia era y en mucho continúa siendo, un buen ejemplo de una independencia de poderes, no contaminada por las contingencias de los cambios de gobierno. Así, Miterrand pudo gobernar con un primer ministro de la oposición y luego el presidente Chirac con un primer ministro también de la oposición. Esa rara “cohabitación”, fue en su momento un ejemplo inédito de madurez política, incomprehensible e impensable en otros países, pero que lamentablemente se fue perdiendo.

 

Al ciudadano francés promedio, quizás menos hoy pero todavía en una gran proporción, venir a Perú ha sido siempre una de las primeras opciones, si uno quisiese visitar un país lejano. La frase, aunque menos utilizada por los jóvenes franceses hoy en día: “¡C´est pas le Perou!” (¡Esto no es el Perú!) es una frase utilizada en una acepción muy positiva. Al decir eso, uno quiere significar que lo que me estás dando o proponiendo, aún con lo magnifico que es, no tiene equivalente, con los tesoros maravillosos, que tiene ese país lejano llamado Perú, donde el oro existía en cantidades inimaginables. Pocos países por otro lado, tienen en su élite universitaria, tan creativa y erudita, sobre todo entre los historiadores, un grupo que se denomina los “peruanistes”, que son los expertos en Perú, sobre cualquiera de las fases de nuestra historia o aspectos de nuestra cultura. No hay que yo sepa “chilenistas” o “argentinistas” o “colombianistas”, pero “peruanistas”, definitivamente sí que los hay. Los llamados peruanistas tienen incluso congresos cada cierto número de años.

 

Para un país como Francia que siempre tuvo una vocación y una curiosidad universal, que dio lugar justamente a los enciclopedistas, ese grupo de genios que quisieron ya en su tiempo, en el siglo XVIII, comprenderlo y codificarlo todo, Perú siempre les pareció un país fascinante.  Los franceses cuando vienen al Perú se adaptan muy bien y si se van recuerdan su estadía en este país con una infinita nostalgia, por no decir explícita ternura. Cuando en un café parisino o en un restaurante de Marsella, los encuentras y te hablan del Perú, critican con blandura nuestros defectos, que definitivamente son muchos, pero también ensalzan nuestras virtudes, que no son pocas. Los franceses que viven en el Perú no dejan de tener la misma actitud. Muchas veces les he oído decir con éstas u otras palabras: “Ustedes los peruanos son desconcertantes. Cuando hacen las cosas bien, las hacen no solo bien, sino con un toque de creatividad inesperado. Pero cuando las hacen mal, como en el manejo de la pandemia, no sólo hacen las cosas mal, sino inventan formas de empeorarlas. Para hacer las cosas mal, en cualquier olimpiada que premiaría, la forma de proceder hacia la pandemia, como la del actual gobierno y peor aún el anterior, definitivamente, el Perú ganaría de lejos las tres medallas, la de oro, la de plata y la de bronce.”

 

No es, sin embargo, de ese interés positivo por Perú, por parte de los franceses de lo cual voy a escribir, sino sobre una situación más sórdida y que termina hermanando a nuestros países en las peores circunstancias y sobre temas, en torno a los cuales, no hubiésemos querido coincidir. Me refiero a la condena recibida el lunes 1ro. de marzo por el ex presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, a tres años de prisión por corrupción y por abuso de poder. Uno de esos tres años, se supone que debe ser prisión cerrada. Sus abogados apelarán dicha condena y sin duda el año de prisión efectiva que Sarkozy tendría que cumplir en prisión, se convertirá en un cumplimiento de condena en su residencia o a tener que llevar grilletes, como cualquier prisionero común. Está por demás decirlo, pero la situación ha traumatizado a Francia que no sale de su estupor y no oculta su vergüenza. Sorpresa no la hubo tanto, pues ya se veía venir. Sorpresa la hubo cuando, recuerdo hace algunos años, un día ya siendo Sarkozy, presidente de Francia, apareció en la prensa, una foto a cuerpo entero, totalmente desnuda, de su esposa la modelo italiana Carla Bruni, con quien él se acababa de casar. Ella, hermosa, refinada y talentosa, fue por mucho tiempo más popular que Sarkozy en Francia y atenuaba los continuos pleitos en los cuales caía, por su personalidad vehemente y contradictoria, el ex presidente francés. Antes de ser presidente, Sarkozy había sido alcalde de Neuilly, el distrito pituco de la región parisina. Antes que con Carla Bruni, cabe agregar que había estado casado con Cecile Ziganer, pianista, premio Marguerite Long de piano, la mas alta distinción por concurso, que se da en Francia a los pianistas más talentosos. Sarkozy tuvo el talento para atrapar a estas talentosas mujeres. Su buen gusto en ese campo, el de la seducción, está fuera de duda.

 

En sus años de gobierno Sarkozy se caracterizó por querer entrometerse en el funcionamiento de los otros poderes del Estado, queriendo incluso politizar el funcionamiento del poder judicial lo cual fue el origen de la desgracia que hoy afronta. En eso el francés, se asemejó mucho a Trump. Actuando siempre en forma impulsiva, presionando abierta e insistentemente sobre los otros poderes del Estado, terminó fragilizando las instituciones. Nunca, por otro lado, Sarkozy tocó los privilegios casi monárquicos de la clase política francesa, mas bien usó y abusó de ellos, pero fue aún mas lejos, contaminando y abriendo la puerta grande a los financiamientos ilícitos para su campaña política. Su comportamiento impulsivo lo llevó a hacer buenas migas con las satrapías de medio oriente, la mas visible siendo su relación con Kadafy, el ex dictador de Libia.

 

El nepotismo, por ejemplo, que siempre fue tolerado en Francia, es un rezago monárquico, que todavía goza de buena salud, pero comienza a ser cuestionado. Los monarcas franceses, tenían sus “favoritos”, los cuales ostentaban muchos privilegios, a veces implícitos u otras veces explícitos. La discreción y el poder del favorito, era también el arte de no explicitar sus privilegios a cada rato, pero sí que la gente a quien le interesaba influenciar, supiese de su cercanía, a la fuente misma del poder, o sea al rey. Hoy en día, el nepotismo existe en el Estado y sobre todo en el parlamento francés, en proporciones que incluso a los peruanos nos llevaría a escándalo, pues más del 20% de los elegidos franceses tiene contratados a uno o varios miembros de su entorno familiar en sus despachos o en asesorías directas. Nadie se queja al respecto. Todos saben que eso es algo inmoral, aunque no ilegal. Las más recientes regulaciones, indican incluso, para dorar la píldora, que cada parlamentario debe hacer la lista completa de todos sus colaboradores, pero no está obligado de explicitar el grado de parentesco que tiene con ellos. Así, la esposa de un diputado puede ser la jefa de su despacho y su hijo, el asesor.

 

Todo eso ha sido tolerado y lo continúa siendo. A favor de este sistema de nepotismo puro y bastante criticable podemos decir que los parlamentarios franceses se han cuidado de contratar familiares que sean personas eficientes, sean sus hijas, esposas o amantes y se han cuidado también de nunca ponerles salarios excesivos. Esa especie de discreta invisibilidad ha permitido que el sistema perdure. La caja de Pandora se abrió hace algunos años cuando se descubrió que Francois Fillon, que había sido más de treinta años congresista, estando al borde de ser nominado el candidato a la presidencia por la derecha y con muchísimas posibilidades de ganar, había, de alguna manera, ocultado que tuvo bajo contrato a su esposa y su hijo y que ambos le habían costado al Estado francés alrededor de 1 millón de euros. Toda discreción voló en pedazos Era demasiado. Su generosidad había sido excesiva con la familia. Le costó  su carrera política.

 

En Perú es nepotismo y el arte de meter amigos a trabajar en la administración pública ha llegado en los últimos años a proporciones escandalosas, no solo por la cantidad de gente que se mete a laborar en diferentes instancias del Estado, sino por la incompetencia calificada de aquellos que se contrata. Francia, es un país donde casi el 95% de los altos funcionarios públicos son graduados de la ENA, (Escuela Nacional de Administración), y son ellos el esqueleto y los músculos de la alta administración del Estado francés, que garantizan su funcionamiento al margen de las contingencias de cambio de gobierno o de presidencia. El resto son asesorías o puestos de confianza, pero que no tienen mayor injerencia en la administración del Estado.

 

En Perú, suicidariamente el nepotismo lleva a muchos congresistas a rodearse de gente inepta. En sus despachos hay personal que no tiene un mínimo de formación jurídica y de allí que salgan proyectos de ley que no tienen ni pies ni cabeza, sin un mínimo de realismo, pertinencia o urgencia y, sobre todo, de costo beneficio para la comunidad. Peor es cuando los congresistas terminan presionando para que “su gente” logre ocupar puestos en la alta administración del Estado. Gracias a un impulso constante e irresponsable terminan apoyando y legitimando a gente incompetente en puestos en la alta administración del Estado, a personas que no tienen ni calificación ni experiencia en la gestión pública y a veces ni un mínimo de solvencia intelectual o criterio moral.

 

Eso genera caos y parálisis, cada vez que hay cambio de funcionarios, sobre todo en instancias, en las cuales, la acción del Estado no se puede detener como lo es en seguridad, salud y otras. De alguna manera esa es nuestra desgracia, pues con la increíble rotación de ministros en Perú, prácticamente uno nuevo cada 25 días en la época de Vizcarra, donde cada equipo viene con sus viceministros y directores, eso lleva que cada cambio de titular de un ministerio, hace que la acción administrativa se detenga o ralentice por varias semanas, mientras los nuevos “recomendados” asumen sus funciones. En Perú los cargos públicos, fuera de ser fuente de presión para consultorías o contratar para “capacitaciones” sobre los temas mas extravagantes (tipo Richard Swing), para suscitar “espíritu de colaboración en los empleados”, emprendedurismo de todo tipo y la más variada gama de talleres y charlas motivadoras para suscitar comportamientos motivadores que se organizan sin criterio, objetivo ni justificación alguna, para distraer a los aburridos funcionarios públicos, a costa del dinero de los contribuyentes. El ecosistema empleocrático que ha generado el mundo caviar, siempre tiene bajo la manga algunas sesiones de coaching o técnicas de relajación laboral, para vendérselas a un Estado que gasta dinero que no es suyo, sin ningún criterio.

 

El caso de ex presidente Vizcarra, que con una habilidad sin límites, ha practicado a diestra y siniestra el nepotismo desde hace mas de 30 años, en que comenzó a trabajar y contratar con el Estado, acarreando a todo un grupito que le tapaba sus dudosos procedimientos e irregularidades en el gobierno regional de Moquegua, luego en diversos ministerios pero sobre todo en el Ministerio de Transportes y también en el Ministerio de Vivienda, donde puso a toda su gente, “por la cuota de poder que le correspondía”, como también en otras instancias del Estado. Ya cuando era presidente la cosa se desbordó. Para Vizcarra, ser presidente era el derecho de hacer lo que le daba la gana, era administrar una chacra.

 

No nos extraña que se encuentre envuelto en una maraña de problemas legales donde la corrupción es un mero sucedáneo del abuso de poder. Al igual que Sarkozy lo hizo en Francia, o Trump en los Estados Unidos, en el poco tiempo que Vizcarra ejerció la presidencia, ha dejado las ya débiles instituciones del Estado peruano literalmente destrozadas, utilizando todos los privilegios de un poder monárquico, sin cortapisas ni mecanismos de contención, como lo son los privilegios sin límites que en el Perú tiene un presidente. Lamentablemente nuestro fallido sistema político no tiene barreras de contención. No solo permite una discrecionalidad casi absoluta en la toma de decisiones, no solo permite acumular todos los poderes, sino que en aras de un mínimo de eficacia, no te obliga a la distribución del poder. Así, un país termina estando sometido a un hijo de vecino, que evidentemente en el plano personal no está capacitado para decidir sobre todos los temas, pero que sí puede inmiscuirse, y desgraciadamente termina haciéndolo, en cualquiera de ellos o puede bloquear lo que le dé la gana.

 

Así porque sí, porque le da la gana o porque quiere que las decisiones del Estado vayan en dirección de sus protervos intereses personales. Tal parece haber sido el triste caso de Vizcarra. Las acusaciones sobre temas específicos, que ya configuran esquemas de corrupción muy claros y con suficientes pruebas para ser judicializados, son una cuestión de tiempo pero terminarán llevando a la cárcel a Vizcarra. Comparativamente los temas por los cuales ha sido procesado y condenado a prisión Sarkozy, son de menor envergadura, pero han sido suficientes para una decisión que ha realmente traumatizado a la clase política francesa. Ya antes había sido condenado el ex presidente Chirac, pero por acusaciones ligadas a temas ocurridos, cuando él era alcalde de París y no cuando era presidente de Francia. La carrera política de Sarkozy se encuentra mellada para siempre y la judicialización del caso de Vizcarra, a cuyos latrocinios se agrega ahora el caso de las vacunas utilizadas con criterio regalón, a él, su esposa, su hermano y sin duda a los amiguísimos, no solo puede conducirlo a la prisión sino a inhabilitarlo a ejercer cualquier función pública.

 

Sabemos, sin embargo, la piel de chancho que tienen los políticos peruanos y sería muy posible que Vizcarra vuelva al ruedo político después de los diez años de inhabilitación. La desfachatez y la desvergüenza en nuestro país no tienen límites. Una de las últimas palabras que le escuché decir a Armando Villanueva del Campo, pocos meses antes de morir, con su ya debilitada voz fueron: “La historia política de nuestro país es la historia de la vergüenza”. Esas palabras viniendo de alguien que por convicción política había sufrido los sinsabores de la persecución, la clandestinidad, el exilio y el destierro, las recuerdo todavía en su penosa claridad.

 

Lo cierto es que casos como el de Sarkozy en Francia y Vizcarra en Perú, directa e indirectamente han exacerbado los populismos en ambos países, en el caso de Francia con ribetes algo anárquicos, como el movimiento de los “Gilets jaunes”, los chalecos amarillos. El hartazgo que siente la población es evidente hacia la política en general, hacia los políticos, hacia instituciones como el poder judicial u otros. En Francia estos escándalos están fortaleciendo cada vez mas, la opción de la extrema derecha como una alternativa de poder. La extrema derecha en Francia tiene opciones radicales y contradictorias sobre muchos temas, pero al no haber estado nunca en el poder no puede ser criticada por el uso y abuso de los privilegios y la frivolidad que han caracterizado a la derecha tradicional en el poder.

 

En Perú, está mas claro que el agua, que la gente votará por una opción de extrema derecha o de extrema izquierda en las elecciones del 11 de abril. Los electores están rabiosos y llanos a cualquier opción que desaparezca para siempre una clase política inepta que en el caso peruano, solo ha consolidado un Estado fallido que camina a la deriva y que en los buenos tiempos de alza de materias primas, en el mejor caso ha funcionado con piloto automático, generando, es cierto, ingresos, pero un despilfarro sin nombre sumado a una corrupción sin límites como la que generó Odebrecht. Ni la izquierda ni la derecha peruana han desarrollado un proyecto viable de país y quizás por eso lo mas penoso es que en este año del Bicentenario, nos encontremos huérfanos de un proyecto en el cual todos nos sintamos reflejados, con élites flojas que nunca elaboraron un proyecto de país, cuando pudieron hacerlo.

 

Frente a la pandemia justamente, la sociedad civil peruana se ha organizado casi por instinto de supervivencia, frente a la inoperancia genocida del Estado peruano, frente al inmovilismo cobarde de los burócratas miedosos de firmar licencias para el funcionamiento de las plantas de oxígeno a sabiendas que cada hora o cada día esas carencias mandaban al otro mundo a muchas vidas.

 

A diferencia de Francia, nuestra burocracia nunca fue eficiente. Muy por el contrario, en nuestro país, ésta ha sido siempre una herramienta usada perversamente para poner trabas a los que no son los favoritos del entorno del poder. Aunque se dice que los burócratas se vuelven hasta inteligentes cuando están entre la espada y la pared.

 

La condena de Sarkozy, ex presidente de Francia, sin embargo es un buen referente para alertar de poner en uso lo poco que queda de probidad y equidad en el poder judicial peruano. Ojalá que nos sirva de ejemplo, el tomar conciencia de que todos deben ser iguales frente a la ley. “Dura lex, sed lex” (dura es la ley, pero es la ley) decía con premonitoria sapiencia el derecho romano. Lo cierto es que los populismos actuales, están cuestionando, los ya débiles cimientos en que se sustentan o sustentaban los sistemas formalmente democráticos.

 

Me enteré de lo de Sarkozy este lunes, en una semana que deseaba dedicar muchas horas a releer la poesía de Neruda, para salir un poco de la cantaleta llena de desgracias, escándalos políticos de todo tipo y delirantes propuestas con las que a lo largo del día, nos envenena la prensa peruana, la televisión sobre todo.

 

Las plataformas que nos dan la poesía o la música, nos ayudan muchas veces a aclarar el panorama de lo contingente, de lo cotidiano, por más confuso y amorfo que éste parezca. Le dan un referente también a nuestras a veces caóticas producciones mentales, por muy difusas que estas parezcan. Recordé que Neruda era embajador de Chile en París, cuando recibió el premio Nobel en 1971. Dos años antes de morir, ya su obra poética estaba totalmente consolidada y su aceptación era universal. A veces pienso en la simplicidad de sus versos, que nos ayudan a comprender cómo cambian las cosas y cómo cambia nuestra percepción de las mismas. Pensaba cómo el populismo de hoy en día, está modificando nuestra percepción de las cosas y de la democracia misma. En su nunca igualado poemario “Veinte poemas de amor y una canción desesperada”, en solo una línea Neruda nos muestra lo que es la conciencia del cambio: “Nosotros los de antes ya no somos los mismos”, pero nunca es más perfecto el eximio poeta, como cuando en una sola línea, con solo 10 palabras, nos cuenta cómo los afectos hacia todo, tanto nuestras pasiones políticas como afectivas, se confrontan al final con esas palabras, tan duras y definitivas, que cuando las recordamos nos caen como un epitafio: “Es tan corto el amor, es tan largo el olvido.”

 

 

Friday, March 05, 2021

El Sodalitium en crisis*

Señal de Alerta

por Herbert Mujica Rojas

14-2-2002

 


El Sodalitium en crisis*

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Hay sectas cuyo accionar provoca un profundo daño en la sociedad, lo cual aún no ha sido materia del estudio imprescindible de quienes se jactan de “analistas” y “exégetas” de la realidad social. Por el flagrante desconocimiento del problema sectario en el Perú tenemos la obligación de promover el abordaje de esta problemática entre los periodistas, sociólogos, antropólogos, médicos, psiquiatras, psicólogos, abogados y demás profesionales involucrados y comprometidos con el desarrollo democrático del país y dispuestos a condenar cualquier acto que viole los derechos humanos de toda persona y, en especial, su derecho a la libertad de consciencia.

 

Este trabajo, producto de múltiples horas de trabajo en Lima, Arequipa y otras partes del país y Latinoamérica pretende cumplir un papel pedagógico al denunciar al Sodalitium Christianae Vitae, grupo fascista por convicción y temperamento, y su cancerosa acción al interior de la sociedad peruana. Puédese discrepar de él, de pronto suscita opiniones violentamente contrarias, pero lo que sí va a ser imposible es ignorarlo.

 

Pocos meses atrás en El totalitarismo católico en el Perú (http://www.pepe-rodriguez.com/Cristianismo/Totalitarismo_catolico_pe_Mujica.htm), tesis que en su edición príncipe incluyó menciones a las baladronadas que acostumbra impulsar el Sodalitium, denunciamos cómo, a partir del Concordato, vínculo internacional no sancionado por ningún Congreso, la Iglesia Católica vive a expensas del no pago de tributos y además de los miles de dólares que sus principales funcionarios se embolsican cada mes, sin trabajar, sin merecerlo y en una constante expoliación del pueblo peruano, que no tiene cuando terminar porque se hace en nombre de una “fe” tradicional y que en realidad ha constituido la continuación de un robo que ya supera los 500 años de permanencia insolente en el país. Este mismo Concordato es el que, amparando a la Iglesia Católica, favorece legalmente el expansionismo sodálite y es el que utiliza esta secta para proteger sus inversiones.

 

Lea pues, amigo lector, estas procelosas páginas con ojos críticos, compulse fuentes, acuda a testimonios, revise materiales, proponga una refutación científica, orgánica. A una idea se la combate con otra. Al sectarismo difundido por el Sodalitium le denunciamos en la comisión de múltiples actividades que son fácilmente comprobables en diarios y publicaciones. A las sectas hay que enfrentarlas con decisión y valentía indómitas. El fanático sabe que cuando tiene a adversarios de ese jaez sólo tiene una opción: luchar o morir. Y puedo anunciar, sin jactancia, pero premunido de la verdad verdadera, que habemos muchos dispuestos a erradicar la presencia de estos disociadores y su prédica retrógrada, exaltadora de principios antidemocráticos y profundamente racistas.

 

La importancia de la secta destructiva Sodalitium Christianae Vitae en la vida nacional no puede soslayarse más. Sus desproporcionadas expectativas de crecimiento afectan directamente nuestros derechos constitucionales y humanos y amenazan la integridad de nuestras familias. Hoy, primer aniversario de la muerte de Germán Doig Klinge, Ex-Vicario General del Sodalitium, sale a luz este escrito. En él hacemos una revisión de los acontecimientos acaecidos durante los últimos dos años y avizoramos con optimismo y con convicción detener la agresividad y radicalidad de este grupo fanático que tanto dolor social ha venido causando en el Perú y en varios otros países durante las últimas tres décadas.

 

Evolución sectaria

 

En un análisis de la evolución histórica de las sectas se ve que todas siguen un proceso de crecimiento relativamente semejante que se puede sistematizar en tres fases: nacimiento, consolidación y transformación.

 

En la primera etapa el grupo surge a instancias de un conjunto de circunstancias culturales, sociales y religiosas que generan una cantidad de ansiedades y expectativas insatisfechas en un sector de la población. La pequeña comunidad se agrupa en torno a la figura de un líder que elabora no tanto la doctrina cuanto directivas concretas en orden a obrar e insertarse en el conjunto de la sociedad. En este período la secta está básicamente devorada por su ansia de expansión y utiliza abierta e indiscriminadamente las técnicas de control mental.

 

En la segunda etapa el grupo, luego que probablemente ha entrado en colisión no sólo con otras confesiones religiosas sino también con distintos ámbitos o instituciones del orden social en que se desarrolla, comienza a buscar caminos que le permitan orientar las irregularidades o excentricidades que el apasionamiento de la primera fase hubiera podido generar, y que puedan haber sido causa de que hayan perdido aceptación social; hay una preocupación clara por no generar conflictos y el buscar la estabilidad interna del grupo. Esta etapa se da generalmente después de la desaparición del líder o fundador, verificándose simultáneamente una flexibilización de los aspectos más detonantes o extravagantes de su doctrina y una búsqueda de mayor coherencia conceptual.

 

La tercera fase, la de transformación, es una especie de lavado de cara de la secta, de su imagen pública. Se busca cuidadosamente que la opinión ciudadana olvide, y los nuevos adherentes ignoren, que se trata verdaderamente de una secta y que se acepte que es una iglesia honorable, en paridad con las iglesias históricas. Es muy posible que los adherentes no sepan completamente el origen e historia primera del grupo, la que se intenta disolver en alguna profundidad histórica. En lo que se refiere a la metodología que emplean, su fanatismo e intransigencia son morigerados, y la exposición de su mensaje se hace más suave, educada y socialmente aceptable.

 

En pecado concebidos

 

Teniendo este esquema como referencia podríamos decir que el Sodalitium Christianae Vitae se encuentra actualmente en una etapa de crisis entre la primera y la segunda fase de su proceso de crecimiento. Podría entenderse que el proceso de la consolidación está en curso pero la tercera fase, la transformación, requerida para que esta entidad sea socialmente aceptada tendrá que esperar aún un tiempo históricamente largo, si es que sobrevive a su fanatismo.

 

Aunque esta organización radical, que podría calificarse como el Opus Dei peruano o criollo, es parte integrante de la Iglesia Católica y goza de todas las ventajas políticas, legales y económicas que ello conlleva, es evidente que ese crecimiento desenfrenado de las últimas tres décadas ha generado demasiadas fricciones con el entorno social.

 

Algo impresionante del accionar del Sodalitium es la eficaz metodología de control mental aplicada sobre sus adeptos, técnica más conocida como “lavado de cerebro”, la que ejercen consciente e impunemente con la bendición y complacencia de la mayoría de autoridades eclesiales, a sabiendas que cometen un flagrante delito contra la libertad de consciencia de los jóvenes peruanos llamando a eso muy eufemísticamente “levantar vocaciones religiosas”. 

 

El Sodalitium comparte un tenebroso origen fascista con otra secta de ultraderecha: Tradición, Familia y Propiedad (TFP). La sucursal peruana de la TFP, de origen brasileño, fue fundada por Francisco Tudela y Luis Fernando Figari. Los miembros de la TFP se confiesan católicos pero lo cierto es que la Iglesia Católica los ha condenado más de una vez. En Venezuela la cancillería y el ministerio de Justicia ordenaron su disolución y prohibieron a sus líderes abandonar el país porque se comprobaron numerosas denuncias por "atentar contra la vida familiar y lavarles el cerebro a sus miembros"; el presbítero Amador Merino Gómez señaló que TFP "incurre en desviaciones y manipulaciones de la doctrina de la iglesia y el culto". En otros países, además, mantiene contacto con partidos y facciones de extrema derecha neonazi europeas, entre ellas, la peligrosa "Fundación Familia Española". Eso es decir, por lo menos, que TFP es una secta de cuño fascista.

 

Alrededor de 1973, aparece en la Pontificia Universidad Católica y en la Universidad Peruana Cayetano Heredia el grupo de derecha radical "Dios y Patria". En el 74, varias facciones de este movimiento se independizan y toman otros nombres: la facción política se denominó "Confederación de Juventudes", y la de índole religiosa "Sodalitium Christianae Vitae". Luis Fernando Figari pertenecía a esta última. En esos inicios las publicaciones de Figari compartían formato y logotipos con las de TFP lo que evidencia sus vínculos totalitarios y fascistas y sus objetivos comunes.

 

Actualmente el Sodalitium tiene un enclave en Colombia, en una zona de actividad guerrillera, en donde TFP anteriormente tuvo una infame participación financiando a mercenarios para luchar contra las FARC, las mismas que hace un año secuestraran a un sacerdote sodálite y lo dejaron sospechosamente libre a los dos días sin que se hablase absolutamente nada de algún pago de rescate.

 

En el camino recorrido desde su nacimiento el avasallante Sodalitium ha dejado mutiladas muchas dignas familias, muchos hijos con personalidades alteradas, muchos destinos y estudios profesionales truncados, muchas mentes secuestradas, muchas propiedades perdidas, muchas economías destruidas, mucha rabia no expresada, mucho odio contenido y mucho, demasiado dolor. Aunque debemos ser amplios y considerar muchas otras causales para que alguien se integre a una secta, no en vano, en este caso específico, la mayoría de sus líderes provienen de familias disfuncionales con padres divorciados o muertos, hogares destruidos o fracturados. Parece que los líderes del Sodalitium quisieran tomarse su revancha con la sociedad.

 

Indiferencia social

 

Sería natural ante estas injusticias y atropellos esperar una fuerte, contundente y vigorosa réplica social. Pero el panorama es diferente. Los abogados, por ejemplo, con honrosas excepciones, no han querido intervenir aduciendo que las víctimas son jóvenes mayores de edad, usando el pretexto de la ausencia de legislación pertinente o alegando que así como hay drogas legales (tabaco y alcohol) en nuestro medio también hay sectas legales (las protegidas por la religión oficial); los médicos han soslayado hasta hace poco el trasfondo psicológico y psiquiátrico de la manipulación mental en el ámbito religioso y/o sectario y sus graves implicancias en la salud pública; los organismos defensores de los derechos humanos y sus psicoterapeutas prefieren tratar el tema de violencia política y dejar de lado el problema de la violencia mental en el sectarismo; otras iglesias no católicas evitan la confrontación señalando que el problema es espiritual y que, en algún momento, la lucha se dará igualmente en ese plano espiritual; los periodistas de investigación también tienen sus preferencias ya definidas, quisieran que se les entregue el material ya digerido y pretenden, vía testimonio, exponer a las familias afectadas denunciantes como carne de cañón.

 

En medio de esta indiferencia social siempre se han levantado solitarias y valientes voces de protesta que no han sido escuchadas y sólo han logrado la proverbial respuesta a la mayoría de denuncias que llegan hasta las autoridades de la poderosa e impune Iglesia Católica: el silencio absoluto.

 

La muerte del delfín: un cataclismo

 

Ante este sombrío panorama, un hecho totalmente fortuito impactó brutalmente en la estructura de la fortaleza sodálite. Ese hecho no fue un evento programado, estudiado, ni planificado en respuesta a las agresiones sociales de este grupo destructivo. El 13 de febrero de 2001 el súbito fallecimiento de Germán Doig Klinge tuvo el efecto de una catástrofe difícil de comprender y de asimilar para unas mentes que están programadas -los comportamientos de las sectas son eventos totalmente predecibles-.

 

Doig tenía la misión de suceder a Luis Fernando Figari. Era su mano derecha, era el delfín, era el príncipe de la secta, era el Vicario General del Sodalitium. El era quien ofrecía el pecho, sacaba la cara y le prestaba la careta académica e intelectual a la secta mientras el fundador Luis Fernando Figari escribía solitario y en las sombras sus enrevesados opúsculos y retorcidos discursos (que siempre atacan a la razón y ensalzan la irracionalidad) y se ocultaba indiferente en su fortaleza o búnker de Granja Azul para no escuchar los reclamos sociales.

 

Con toda seguridad muchas familias peruanas no recibieron con tristeza la noticia de la muerte de Doig. Fue casi como sentir la mano de Dios ante tanta injusticia y tanta impotencia. Más que un “tránsito” al más allá esto pudo llamarse un “despeñadero”. De nada valieron las pomposas misas fúnebres cada tres horas durante el velatorio. Ese ceremonial solamente hacía recordar a los miembros de la secta de los israelitas de Ezequiel Ataucusi cuando esperaban absurdamente la resurrección de su líder que yacía muerto en una urna de cristal.

 

Para el grupo sectario la muerte de Doig fue un evento cataclísmico. Esta muerte parece haber afectado internamente la estructura sodálite casi tanto como el impacto de los aviones suicidas en las torres del World Trade Center de New York City. Los impactos no fueron ni en los cimientos ni en la cúspide de los edificios pero los efectos deletéreos fueron matemáticamente efectivos y demoledores. Lo mismo sucedió en la estructura del Sodalitium. No desapareció el verdadero y venerado líder -Figari- (que hubiese sido santificado) ni tampoco la masa de obnubilados seguidores. Sin embargo, la estampida consecuente a este evento específico era de esperar. Los efectos de una muerte como la de Doig no pudieron haberse calculado, planificado ni dirigido mejor si hubiese intervenido una inteligencia externa.  

 

La respuesta organizada

 

Sin embargo, muy aparte de este “providencial” hecho fortuito que nadie pudo sospechar ni pronosticar, de acuerdo a lo previsto por la evolución histórica de las sectas, en estos últimos meses por fin se estaba dando a conocer públicamente la expresión organizada de la sociedad afectada. El Sodalitium había sido criticado directamente por diversas vías, prensa escrita, volantes anónimos, comunicación persona-persona entre padres de familia afectados y permanentes comunicaciones electrónicas por internet.

 

Creció la conciencia social en círculos religiosos, asociaciones de padres de familia, centros educativos, centros universitarios, colegios profesionales, sociólogos, periodistas, investigadores sociales, historiadores, filósofos, antropólogos, psicólogos, médicos, psiquiatras y también instituciones vinculadas a la observación de los derechos humanos, libertad de conciencia y lucha antisectaria.

 

La indignación contra el Sodalitium estaba llegando a lo que se denomina en física el estado de “masa crítica” justo antes de provocar una inevitable reacción en cadena. Aunque la reacción aún era indefinida también era esperanzadora. Se requirió el apoyo de organizaciones de consulta y asesores profesionales no peruanos. La cruzada era y es internacional, como lo es el Sodalitium. La magnitud de la amenaza ameritaba una gran respuesta. Posiciones radicales exigen respuestas radicales.

 

El primer campanazo contra el Sodalitium fue dado por José Enrique Escardó Steck, director de la revista Gente y ex miembro de la secta en noviembre del 2000. Su desgarrador relato, en varios capítulos, de las torturas a que fue sometido en San Bartolo fue acallado amenazadoramente por la intolerancia y el poder del Sodalitium. Lamentablemente, el juvenil lenguaje autosuficiente, irreverente e inadecuado que usó en sus artículos de “El quinto pie del gato” fue el principal disuasivo que hundió la denuncia en un aparente descrédito, solamente comprendido por las familias afectadas. Sin embargo, un año después en noviembre del 2001, sus argumentos fueron plenamente recogidos por Cecilia Valenzuela y Diego Fernández Stoll de Entrelíneas de Canal N y ampliados por valientes contribuciones de otros ex miembros, padres de familia, el psicólogo Jorge Bruce y de muchas otras personas y familias que cautamente permanecieron en el anonimato para proteger a sus hijos cautivos en la secta. La denuncia fue publicada generosamente en internet en la página web de www.agenciaperu.com de donde logró difundirse con profusión a nivel nacional e internacional. Una de las principales cajas de resonancia de esta noticia fue la página web <http://www.sectas.org.ar/sodalicio.htm> "Sectas del Nuevo Milenio”, del conocido crítico argentino Alfredo Silleta, que transcribió literalmente las entrevistas en la red.

 

Por otro lado, independientemente, salió a luz en enero del 2002 El totalitarismo católico en el Perú, tesis del autor de estas líneas, sobre la actitud sociopolítica de la cúpula católica peruana, el Opus Dei y el Sodalitium, que incluyó una serie de denuncias con argumentos probatorios sobre los atropellos cometidos por este último grupo en asociación con el Banco Santander Central Hispano contra Fernando Gerdt Tudela para apoderarse de su inmueble de 1700 m2 mediante un pagaré falsificado. Gerdt también alzó su voz de denuncia en Canal 4 ATV de Arequipa y en el programa de Cecilia Valenzuela sin poder ser refutado ni acallado. Lo felizmente trascendental de este trabajo de análisis fue el reconocimiento que recibió de Pepe Rodríguez de Barcelona, España, psicólogo, investigador, sociólogo, erudito autor de varios importantes libros y asesor para varios gobiernos europeos sobre asuntos sectarios, quien ofreció su auspicio para publicar este escrito en su prestigiosa página web www.pepe-rodriguez.com <http://www.pepe-rodriguez.com> en la sección cuyo acceso directo es el siguiente: <http://www.pepe-rodriguez.com/Cristianismo/Totalitarismo_catolico_pe_Mujica.htm> y desde donde hoy alcanza ya difusión planetaria.

 

El Sodalitium, como el soberbio e insolente instituto secular que es, también ha comenzado a chocar con el mismo clero. Un claro ejemplo es lo sucedido en enero del 2002 en el Centro de Educación Especial para Niños Ciegos Nuestra Sra. del Pilar de Arequipa. Desde meses atrás los sodálites habían empezado gestiones no muy sanas destinadas a hacerse del local que las madres franciscanas abandonarían en pocos meses. A pesar que éste pertenece al Estado iniciaron gestiones para su transferencia al Sodalitium y para ello se valieron de una copia de la minuta de la propiedad a cargo de las franciscanas y que autenticaron notarialmente al estilo en que hacen las cosas estos delincuentes: ¡entre gallos y medianoche! De manera que hasta poseían los planos de la habilitación urbana solicitados y obtenidos el 31-10- 2001 y con el registro de trámite documentario # 33607 de la Municipalidad Provincial de Arequipa y cuya solicitud fuera pedida por Haylin Tello Pinto, con DNI # 40412386 ante dicha entidad oficial.

 

Con el oficio No. 010-2002-MPA-C.2, dirigido por el Director de Asentamientos Humanos de la Municipalidad Provincial de Arequipa, señor Marcos Ortiz Carrera, se comunica en relación al expediente 33607 que de acuerdo al informe No. 714-2002-MPA-C.2-CU, de la Oficina de Control Urbano que el trámite debe ser presentado ante la Municipalidad Distrital de Yanahuara”.  Ciertamente, las madres franciscanas quedaron ingratamente sorprendidas frente a semejante oficio que no estaba siquiera gestionado por ellas. Lo cierto es que hay funcionarios corruptos enmadejados en la urdimbre que tejen los sodálites para enajenar propiedades y hacerse de ellas.

 

Esperanza Medina, valiente mujer y gran educadora, Directora Regional de Educación de Arequipa, DREA, tuvo un enfrentamiento durísimo a viva voz y con la esténtorea gana de decir su verdad con el sacerdote católico y sodalicio -y por tanto fascista- Javier Len, en torno al destino de la infraestructura del Centro de Educación Especial Nuestra Sra. del Pilar. El prepotente Len ya había, con sus cómplices sodálites, hasta puesto una oficina en este inmenso local para apoderarse de él, hecho que parece, según todos los indicios haberse frustrado por la intercesión directa y valerosa de la Medina. De cualquier manera en esta oportunidad, los fascistas sodálites se quedaron con los crespos hechos porque ninguna de sus gestiones, todas subrepticias e ilegales, tuvieron éxito, porque la Medina se enfrentó abiertamente al designio mafioso que estos sujetos exhiben en Arequipa del modo más descarado. Me tocó advertir sobre la maniobra cuya historia completa es de acceso público en internet en ¡Arequipa: sodalicios fascistas con los crespos hechos! <http://groups.yahoo.com/group/chimu/message/30052> con el número 30052 de Yahoo Groups Chimú: lista cultural de peruanos alrededor del mundo.

 

El salvaje se mira en el espejo

 

Otro detalle que merece ser destacado es cómo el Sodalitium, que se autodenominaba un grupo que reclamaba y ejercía la radicalidad, que mediante Emilio Garreaud publicaba en la prensa con todo desparpajo que ellos son los llamados a ser signo de contradicción, que admitía abierta y orgullosamente que se les etiquetaba de fanáticos, que el Señor no ha venido a traer la paz sino la división, que ha venido a prender fuego en el mundo y que ojalá estuviera ardiendo, que si bien ello es doloroso también es necesario, que habrá violencia y no paz, que el joven debe dar muerte al hombre viejo, que la pareja -o la pareja y los hijos- deben “desplegarse” (desintegrarse-disgregarse-separarse) apostólicamente, que solamente se entrará en el reino de los cielos esforzándose con violencia... hoy se hunde en el silencio.

 

Ahora, ante la locura del ataque terrorista a Estados Unidos por parte de unos fanáticos religiosos, el Sodalitium inmediatamente ha acallado sus discursos fanatizados, habla de perdón y de paz, marca distancias con sus congéneres fundamentalistas islámicos temiendo ser estigmatizados con los mismos epítetos, y se cuida muy bien de ser señalado precisamente en estos momentos como un grupo religioso de intolerantes, destructivos y antisociales.

 

Un poco tarde.

 

Emilio Garreaud, paradójica e inexplicablemente Director del Instituto para el Matrimonio y la Familia (???) de la Universidad San Pablo, dice que el Sodalitium quiere convertir a este mundo de salvaje en humano y de humano en divino. Pero con su accionar lo que ha logrado hasta ahora...  ¡es exactamente lo contrario!. Si la secta se mirase en el espejo vería a sus huestes como los talibanes peruanos: salvajes que van “a Dios rogando y con el mazo dando”.

 

La juventud consciente

 

Un elemento adicional gratificante ha sido el observar la respuesta de parte del alumnado del Instituto del Sur y de la Universidad San Pablo, bastiones del Sodalitium, quienes mediante un volante formulan una denuncia acerca de la corrupción de este grupo en el ámbito del Poder Judicial y en el aspecto económico financiero de la secta. Para ello han utilizado iconografía que alude al control mental que ejercen en los jóvenes y su agresión contra el núcleo familiar y presentan la fotografía del administrador de las cuentas de la organización en Arequipa, Javier Len Álvarez, llamándolo “mercader”.

 

El volante-denuncia tiene un mensaje de alerta: “Alumno: defiende tus derechos. Tú puedes ser la próxima víctima”. Al mencionar la consecución irregular de bienes inmuebles alude también indirectamente las palabras de Emilio Garreaud: “El donar nuestros bienes y nuestro tiempo (nuestra vida) por los más pobres (no a los más pobres) nos dará alegría”. Claro... ¡qué mayor alegría para el Sodalitium!

 

Y aunque inocentemente los alumnos piden la intervención del Arzobispado la denuncia constituye una seria y contundente prueba de la rebeldía en la clase estudiantil ante el dogmatismo fanático y de su alarma ante los abusos y la corrupción solapados por parte de este grupo totalitario que conoce perfectamente las ventajas que le ofrece el inefable Concordato al declararse parte integrante de la Iglesia Católica y organizarse y protegerse dentro de ella. No es casualidad que Figari, Doig y Garreaud, cabezas visibles del Sodalitium, también sean abogados de profesión y conociesen, por tanto, los oscuros laberintos leguleyos.

 

Normas laxas

 

Puede decirse con certeza que el Sodalitium tiene dentro de sí el germen de su autodestrucción. Su clandestina metodología de captación de adeptos es a todas luces ilícita y provoca en ellos reacciones violentas que conducen a que las víctimas desvaloricen a su propia familia en beneficio de la secta. Esto genera un gran rechazo social que la organización está, por ahora, preparada para resistir. Pero su crecimiento explosivo tiene necesariamente un límite natural. Esta forma de progresión es esencialmente antisocial e intolerable. Por cada adepto que el grupo capta también se gana de tres a cinco enemigos empezando por los miembros de la familia afectada. Si su crecimiento en adeptos es aritmético el de sus opositores es exponencial. Y si sus líderes no lo entienden así y no se moderan, al Sodalitium le queda poco tiempo de supervivencia.

 

Y por instinto de supervivencia la moderación se está dando. La laxitud y flexibilidad de las normas disciplinarias, el simulado mayor respeto a la inviolabilidad de la correspondencia de los adeptos (simulado porque los correos electrónicos de los adeptos van a un “inbox” corporativo antes de su emisión), la autorización para que algunos de sus adeptos incondicionales usen celular, la aparente disminución de los maltratos físicos a los confinados en San Bartolo, el permitir que algunos de sus miembros estudien carreras profesionales manteniéndose dentro de la organización, el aceptar con artificial alegría la visita de familiares de los adeptos en las casas de formación, el permitir al adepto realizar algunas visitas familiares sin una compañía vigilante son evidencias de que el Sodalitium quiere lograr aceptación social y estabilidad interna. Como dijo un adepto: “Aprendemos de nuestros errores”.

 

Los disidentes

 

Por otro lado, la salida el último año de conspicuos y representativos miembros del Sodalitium luego de varios años de permanencia dentro de la secta es otro síntoma inequívoco de su pérdida de influencia y de la disconformidad y desencanto de los miembros dentro de la organización. Es muy probable que la pérdida del intelectualoide Doig le haya restado carisma al grupo disminuyéndole el potencial creador de literatura pseudocientífica y anulando gran parte del atractivo para las generaciones captadas y las otras por captar. Fueron patéticos los casos de una promoción del Colegio Max Uhle en la que 8 de sus miembros se consagraron sodálites y el de otra promoción del Colegio Santa María en la que seis alumnos corrieron igual suerte. ¿Simple coincidencia? ¿Vocaciones de santidad? ¡No seamos ingenuos. Ya conocemos las técnicas de control mental!

 

Evidentemente, ante la falta de consciencia social y de información médica del problema sectario, muchos de estos ex miembros viven lo que en la secta sodálite llaman “vocación para el matrimonio” procreando más adeptos sin control de natalidad y continuando con el elogio a sus ex-captores en un estado de secta-dependencia que, al igual como sucede con el Síndrome de Estocolmo, solamente podrán superar con una rehabilitación psicológica cuya gran necesidad ignoran. Algunos nombres son Pedro Salinas Chacaltana, José Enrique Escardó Steck, Armando Llaza, Luis Fernando Odiaga Arispe, Verónica Bustamante Rey de Castro, los hermanos Antonio y Nicolás Ramírez Mejía, y más recientemente Andrés Orams Bustamante, Gustavo Cesti, Luis Graña, Juan Andrés Maura Pessagno y José Sam, entre muchos otros.

 

La figura y el destino del “fundador”

 

Finalmente, hay que prestar mucha atención a la figura del fundador.

 

Se puede, sin problemas, hacer un paralelo entre Luis Fernando Figari y Vladimiro Montesinos: Son dos personajes coincidentes. Existen sorprendentes similitudes en sus personalidades megalómanas, su influencia marcadamente inhibitoria, su narcisismo maligno, su carácter de tipo autoritario, sus tendencias sadomasoquistas, su personalidad paranoide, su carencia de todo sentido moral y de consciencia, su creencia de ser dueños de la verdad absoluta, su pretensión de ejercer un poder superior, su figura perversa, fanática, intolerante y frustrada, su verborrea y aparente erudición en los temas que abordan.

 

Llama poderosamente la atención cómo un cuestionado y oscuro personaje que no es sacerdote -un simple laico- puede congregar y presidir en eventos religiosos sodálites a gran parte de la jerarquía del clero peruano, latinoamericano y a veces romano, constituirse en el anfitrión y en el orador central, ser reconocido y venerado por las autoridades eclesiásticas católicas y merecer un trato cordial, deferente y casi familiar de parte del actual cardenal del Perú Juan Luis Cipriani.

 

Lo mismo sucedió con Vladimiro Montesinos -un simple ex capitán y despreciable traidor a la patria- y la cúpula militar a la cual él dominaba y utilizaba para sus fines protervos; Montesinos recibió magnos honores por parte de las Fuerzas Armadas del Perú, las cuales manejó a su antojo y las aprovechó para apropiarse de los recursos económicos del país en su beneficio. Por otro lado recibió un trato tolerante y extremadamente preferencial del ex presidente Fujimori.

 

¿Será que Figari conoce demasiado bien de la corrupción de la Iglesia Católica y utiliza esos elementos y esa información para ventaja particular de su organización? ¿Será Figari otro “humilde” y oculto super-asesor de la alta jerarquía clerical? ¿Terminarán también por cansarse de tanto abuso los adeptos o los religiosos de base que en un inicio aparentan actuar como sus incondicionales? ¿Así como ambos personajes han tenido como objetivos el hacerse de poder y de dinero, tendrán Figari y Montesinos un final común? ¿Acabarán ambos sujetos en una celda de alta seguridad?

 

La salud del fundador no es de las óptimas y debe preverse su desaparición a no muy largo plazo, pero sentarnos tranquilos a esperar otro hecho fortuito e ignorar los recursos de Figari sería un grave error. Confiar pasivamente en el desarrollo de la historia natural de la secta también. Sin embargo, a pesar de la frustrante indiferencia social, ante la andanada de evidencias que se dan, tenemos la convicción de que la razón y la justicia se impondrán sobre el fanatismo.

 

Ya lo dijo César Hildebrandt, en un genial, premonitor y crudo editorial:

 

“Detrás de toda dictadura hay, en el fondo, una apropiación ilícita” (-y el totalitarismo sodálite se apodera de las mentes de nuestros hijos-). En efecto, cada sátrapa que en el mundo ha sido -de izquierda o de derecha- ha creído siempre que el mundo donde nació le pertenece y que sus prójimos nacieron para súbditos y su propia voz sólo para dar órdenes. ¿De dónde vienen esa visión demente y esa voracidad? ¿Cómo se puede ser tan ridículo? ¿De qué fibra están hechos esos egos elefantiásicos? Primero se promete el paraíso. Después se apela al infierno para construir el paraíso. Y como se apela al infierno, los enemigos, que nunca fueron pocos, aumentan. Y como aumentan, crece el infierno. Y al crecer el infierno la hostilidad amenaza al tirano cada vez más. Por lo que ya no es posible salir en paz del poder que se capturó como a una presa.”.

 

“Al final -como le pasó a Franco, como le sucedió a Pinochet- el sátrapa creerá que su obra es inamovible y su contrato social insuperable. ¡Pobres diablos! Lo primero que les pasa cuando mueren es que hay un suspiro de alivio. Luego viene el olvido sañudo y el justiprecio. Y ellos que se creían mega valores, terminan costando lo que fueron, abortos de la voluntad, casos psiquiátricos, un surtido de vicios. Todos terminan, metafóricamente, en aquel palacio patriarcal donde las vacas se pasean entre cortinas desgarradas. Todos tienen un Macondo en el alma y una bananera en el designio. En resumen, no hay nada peor que alguien que se tome demasiado en serio. De allí al crimen solo media una utopía, un sueño de felicidad para los otros, un carisma.

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*Publicado originalmente en la Red Voltaire el 14-2-2002 http://www.voltairenet.org/article120598.html

 

 

  

Thursday, March 04, 2021

Basurización del cable*

 

Señal de Alerta

por Herbert Mujica Rojas

13-1-2009

 


Basurización del cable*

https://senaldealerta.pe/pol%C3%ADtica/basurizaci%C3%B3n-del-cable

https://bit.ly/3c3o7cl

 

El concepto inicial de la televisión por cable era una señal exclusiva con programas nacionales e internacionales exenta de las molestas interrupciones de propaganda. Entonces, se pagaba emisiones sólo para los que adquirían ese derecho. De modo que hecha la ley, hecha la trampa, arrancaron con espacios comerciales referidos a las cintas o a pretextos menores y dentro del menú de cable. El espectador aguantó.

 

A posteriori, los grandes maniqueadores llegaron a la conclusión que la gente es estúpida y soporta y entonces, en aquelarre de voluntades, decidieron clavar propaganda de todo calibre. Suele, no es raro ver cómo se alaban las bondades de un detergente X con la admonición que eso sólo es válido en determinado país, en la nación en que se vende. ¿Qué puede servirnos el limpiagrasa que se usa en la Argentina? No mucho, pero sí nos roba tiempo, el tiempo que debió estar huérfana y exenta de publicidad.

 

Nos hablaron de decenas de canales. ¡Ah, olvidaba recordar que los vivos del cable, por algún arte de birlibirloque, llenaron de un efecto lluvia, rayitos, centellas y ruidos extraños, la emisión de los canales de señal abierta y ahora no se puede ver bien con las populares antenas de conejo que servían para ese nobilísimo fin antes. Pruebe, si no me cree, con los del 1 al 10. Es decir, con el efecto “taquito” consiguieron que el cable vía el pago diferenciado y el lucro de la empresa que tiene ese monopolio, la archiconocida Telefónica del Perú, la que llegó a hacerse de la telefonía nacional en tiempos del gobierno delincuencial de Kenya Fujimori, se hiciese más rica y robusta.

 

No ha mucho que dieron en comodato o préstamo un decodificador que tuvo inmensas ventajas: más canales, colores más bonitos, películas a granel y más de 120 canales. ¡Cómo si se pudiera ver más de uno a la vez! Pero ¡no hay carne sin hueso! El truco es que a los 10 o algo así días, cortan paulatinamente estas películas y se descubre que ese derecho ¡también tiene un costo! ¿Cuántos pican el cebo y quedan adheridos a la telaraña? Estoy seguro que no pocos. Al lote más reciente de cable-adquirientes simplemente les dan señal censurada de 9 am. a 6 pm y sábado y domingo: ¡nada de nada!

 

¿Cuántos diarios dan cuenta del hecho o difunden tamaña irregularidad? ¿hay por ventura radios o programas que denuncien el hecho? El monopolio de Telefónica, con diferentes nombres o razones sociales es el mismo con 100 ó 200 subcontratantes con escaleritas, guantes y camionetas por todas las ciudades del país, vendiendo chucherías urbi et orbi. No parece haber estadística que encuadre el registro de esta barbaridad. El exclusivismo es predominante es fuerte, tiene influencia y también patrocina obras de caridad o eventos culturales, alquilando mercenarios anónimos a los que convierte en escritores o poetas o artistas para llevarlos por todo el país. Donde vea el símbolo de Telefónica del Perú, compruebe la pezuña entrometida de los ibéricos de nuestro tiempo.

 

La basurización del cable es parte de la cultura del caballazo, peruanismo que alude a la brutalidad con que se imponen políticas, costumbres, leyes, etc, y eslabón indispensable de la imbecilización de un pueblo. Nadie pudiera dudar del cable por el cual se paga y el cliente escoge qué ve, a qué hora, en qué momento, con quién o quiénes o qué declina en ese mismo sentido. Siempre bajo la premisa del libre albedrío, la libertad más libérrima y la opción de, dado el caso, tirar todo por una ventana si así le place a cada quién. Pero no, Big Brother, Telefónica del Perú, gestó, embarcó y consiguió la basurización del medio. ¿La premiarán en Palacio? ¿Con la Orden de la Gran Cruz de los Sinverguenzas con gemas de plástico? Amén.

 

¡Atentos a la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien!

 

¡Ataquemos al poder, el gobierno lo tiene cualquiera!

 

¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

 

¡Sólo el talento salvará al Perú!

 

Lea www.voltairenet.org/es

hcmujica.blogspot.com

Skype: hmujica

 

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*Publicado originalmente en la Red Voltaire el 13-1-2009 https://www.voltairenet.org/article159304.html

 

Wednesday, March 03, 2021

¿Sabemos cómo somos los peruanos?

 

Señal de Alerta

por Herbert Mujica Rojas

18-8-2020

 


¿Sabemos cómo somos los peruanos?

http://senaldealerta.pe/pol%C3%ADtica/%C2%BFsabemos-c%C3%B3mo-somos-los-peruanos

https://bit.ly/2DV6eiS

 

Pretender en un artículo efímero y modesto describir si los peruanos sabemos cómo somos y debido a qué causas, constituiría un esfuerzo mayúsculo y muy superior a las escasísimas capacidades de quien es sólo un aficionado a la redacción.

 

Sí es posible arriesgar algunas consideraciones que podrían resultar interesantes. ¿Siente lo mismo un peruano de Tumbes de calores ecuatoriales que el altiplánico de fríos recios y alturas no aptas para quienes sufren del corazón? ¿Qué los une a ambos? ¿Una bandera, un himno, una geografía? ¿Una historia común? Me atrevo a decir que Perú son muchas historias a la vez, no pocas con sabor a lágrima y opresión y con distintivas cuotas locales.

 

Hay una historia no contada sino a retazos y se trata de la corrupción que es más vieja que la república y que está en el ADN social del Perú. Uno de los primeros timos y farsas la montaron los ibéricos y con Pizarro a la cabeza, dieron cuenta de Atahualpa en Cajamarca. Sería una de las germinales estafas de las cientos de miles que se repetirían hasta nuestros días, 500 años después

 

Un traidorzuelo de baja y ridícula estatura, con sus botas a la federica, musitó que Perú era un país de confundidas gentes. Alguna razón tuvo, las principales calles y avenidas de todos los distritos, provincias y regiones, llevan su nombre, el del regalador de Lima a las huestes invasoras en la guerra que nos planteó Chile y los días de la tragedia fueron 13 y 15 de enero de 1881.

 

Y no es raro que felones lograran que la “historia” registrara sus “hazañas” y sus apellidos apisonaran no pocas fortunas, millones de sospechosa procedencia y el saqueo más descarado y añejo del Estado peruano a través de casi todos los gobiernos a la fecha.

 

Pero los peruanos inoculados por una televisión deformadora y medios impresos y radiales mediocres, no cesan de cultivar la estúpidocracia, “virtud” en que todos fingimos no entender nada con tal que nos dejen “vivir tranquilos” y que sean otros quienes paguen los platos rotos. Gobierno que llega, régimen que culpa durante sus primeros cuatro años –del total de cinco-, a la administración precedente. Y ya han transcurrido 200 años casi de este deporte tan canceroso.

 

¿Y nuestros críticos y analistas? Gozan mostrando sus múltiples diplomas, certificados de asistencia a fórums, simposios, talleres, aunque repitan de canal en canal, radioemisora en radioemisora, diario tras diario, las mismas y vulgares cantatas que no cambian desde hace 35 años. ¡Estos son los conservadores que Perú NO necesita!

 

El coctel es explosivo e indigesto. Hemos tenido asaltantes profesionales como titulares de portafolios; monreros y extorsionadores a cargo de bancos públicos y privados; presidentes rateros y hasta uno de esos se suicidó para no ir con sus huesos a la cárcel y otro renunció por fax a miles de kilómetros del país. La vitrina es más bien vergonzosa y cada quien cuidando por sus linajes y manadas reducidas. ¡Estos de confundidos, NO tenían nada, llegaron a robar y punto!

 

Díscolos, inecuánimes, los peruanos pasan de la satisfacción cuasi gloriosa por los goles de la selección de fútbol, a la pena inmensa por los miles de muertos por la covid19. Del júbilo al fondo abisal y la forma pendular nos signa desde la iniciación de la república y es una manera inevitable de historiar nuestros pasos.

 

¿Por qué somos como somos? Acaso sea llegada la hora de estudiar el fenómeno aunque no me equivoco si anticipo que ni siquiera en la hora undécima alcanzaremos a describirla en sus límites. Tal la capacidad locuaz y desenfrenada de los compatriotas por hacer algo más. Aunque sea para retroceder y no para avanzar.

Tuesday, March 02, 2021

¿Por qué roban los políticos?*

 


¿Por qué roban los políticos?*

por Diego Osorno

http://senaldealerta.pe/pol%C3%ADtica/%C2%BFpor-qu%C3%A9-roban-los-pol%C3%ADticos

https://bit.ly/3bOX3gz

 

17-4-2015

 

Cualquier parecido con Perú es absolutamente pura coincidencia.

 

Parece ser que siempre ha existido una relación entre el poder político y la corrupción del espíritu. Mucho se ha discutido al respecto, pero ni siquiera siglos de palabras y profundo pensamiento han podido descifrar las razones y mecanismos de la semilla tóxica del poder.

Con la intención de seguir con la discusión, y teniendo en mente que quedan pocos días para el estreno del documental El poder de la silla, Diego Osorno preguntó en redes sociales por qué roban los políticos. Estas son algunas de las variadas respuestas:

 

“Se les olvida el bien común, que es para lo que en un principio se supone que aceptan los puestos. Se les olvida que no es suyo. Se les olvidan los principios, los valores y la ética. Mediocremente creen que si no roban ellos, entonces le dejarán más a otro. Son personas ignorantes y sin educación que como no han tenido por su esfuerzo propio, se vuelven locos, y se les hace fácil.”

 

“Porque no hay vocación de servicio público, sino que el poder se ve como una forma de enriquecimiento y ascenso social.”

 

“Por la impunidad que existe en nuestro país. Porque ya saben que aunque roben y roben y (¡¡vaya que roban!!), la justicia no los toca, siempre y cuando estén bien —políticamente hablando— con su jefe mayor. ¡Eso no se va vale, ni se debe permitir mientras existan 60 millones de personas que vivan en extrema pobreza y un puñado gozando de todos los privilegios!”

 

“No fueron educados de manera correcta, no entienden que no deben tomar lo que no les pertenece.”

 

“El que sean ladrones los políticos aquí en nuestro país no es nuevo. Según antes los empresarios no veían a la política con buenos ojos porque los consideraban ladrones. Lo peor que nos pudo haber pasado como nación es cuando los políticos y empresarios hicieron frente común. Maldito capital, justifica todo.”

 

“Por desgraciados y sinvergüenza que aprovechan la confianza que se les da para poder llenar sus bolsillos con el dinero del pueblo.”

 

“Lo más curioso es que la mayoría de los políticos que roban creen que lo que se roban es parte de su salario y del trabajo que realizaron. Creen que es correcto recibir parte del dinero que gastan en obras públicas y demás compras y servicios… Ellos creen que está bien, es lo más triste; creen que no están robando.”

 

“Todo ambicioso de poder es por no saber vivir… Es incapaz de amistad y amor. Es fanático de la mentira. Es un soberbio y un déspota potencial. Es un miserable, desleal. Todo eso lo guía al ROBO, DISPENDIO de lo que no le pertenece. Es un enfermo, el poder enferma, y el poder absoluto enferma absolutamente.”

 

“Porque han encontrado en los lugares de gobierno una forma fácil y rápida de adquirir dinero, y eso sucede porque los mexicanos no han sabido elegir a quienes ocuparán la silla. Todo siempre es por ‘el bien de uno’.”

 

“¡¡Usos y costumbres!!”

 

“Muchas veces me he hecho esa pregunta, y la respuesta a la que llego es porque hay un sistema muy perverso, el sistema político mexicano, que no sólo lo permite, sino que parece que lo alienta, porque hay una impunidad a toda prueba. Cuando te preguntas quién o quiénes hacen el sistema político, la flecha apunta hacia al poder legislativo. Ellos hacen las leyes a su conveniencia, le dan el nivel de perversidad que tiene ahora, el nivel de impunidad. Estás en el poder, puedes robar, se presenta la ocasión para múltiples negocios sucios, ilegales, turbios o incluso legales, pero que no tendrías acceso si no tuvieras poder político. Mientras más poder, más arriba en el círculo político, más oportunidades de negocio y más dinero público para robar y mayor impunidad. Hay gobernadores que prácticamente han tomado casi todo el dinero de un Estado y lo tienen en cuentas en el extranjero en propiedades etc… ¡Y no pasa nada! Sólo el desprestigio público que poco les importa. Este es un país secuestrado por la partidocracia y todos los ciudadanos somos sus rehenes mientras lo sigamos permitiendo.”

 

“Porque no saben hacer otra cosa y quieren ‘asegurar’ su futuro, el de sus hijos, nietos, bisnietos, hasta la enésima descendencia.”

 

“Roban porque los mexicanos tenemos la pobreza arraigada y le tememos como a la muerte. Ellos tienen la certeza de que jamás tendrán un empleo mejor remunerado y están en su oportunidad de asegurar el futuro.”

 

“Porque no aprecian la honestidad. Para ellos ser honrado no tiene mérito ni poder.”

……………………………..

 

*http://www.elbarrioantiguo.com/por-que-roban-los-politicos/

 

http://www.voltairenet.org/article197442.html?var_mode=recalcul

 

 

Monday, March 01, 2021

¡Nos lo canta Cambalache!

 

Señal de Alerta

por Herbert Mujica Rojas

1-3-2021

 


¡Nos lo canta Cambalache!

https://senaldealerta.pe/pol%C3%ADtica/%C2%A1nos-lo-canta-cambalache

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Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé, en el quinientos seis y en el dos mil también; que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafáos, contentos y amargaos, valores y dublé. Pero que el siglo veinte es un despliegue de maldad insolente ya no hay quien lo niegue, vivimos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo todos manoseaos.

Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador. ¡Todo es igual, nada es mejor, lo mismo un burro que un gran profesor! No hay aplazaos ni escalafón, los inmorales nos han igualao... Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición, da lo mismo que si es cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón.

¡Pero qué falta de respeto, qué atropello a la razón!

¡Cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón! Mezclaos con Stavisky van don Bosco y la Mignon, don Chicho y Napoleón, Carnera y San Martín. Igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches se ha mezclao la vida, y herida por un sable sin remache ves llorar la Biblia contra un calefón.

Siglo veinte, cambalache, problemático y febril, el que no llora no mama y el que no afana es un gil.¡Dale nomás, dale que va, que allá en el horno nos vamo a encontrar! ¡No pienses más, sentate a un lao, que a nadie importa si naciste honrao! Es lo mismo el que labura noche y día como un buey que el que vive de los otros, que el que mata o el que cura o está fuera de la ley. (Enrique Santos Discépolo, 1934)

Cuando uno observa cómo discuten los políticos peruanos tan plenos en recursos intelectuales, apeladores al sentido ideológico o programático que nutre sus vidas, recuerda casi de inmediato el viejo aforismo: la sartén le dice a la olla, no me tiznes.

 

Entre otras monedas comunes los políticos nativos carecen, por completo, de un plan integral que contemple y active la movilización popular en los planes de gobierno por los próximos 50 años. Todo es inmediatismo, demagogia barata para “ganar” votos con ofertas debilonas y puramente mañosas.

 

Si los postulantes no tienen idea del Perú en su pentadimensionalidad: Costa, Sierra, Selva, Mar de Grau y Cielo de Quiñones, ¿cómo les pedimos que sean gobernantes de algo que no conocen?

 

¡Ni uno de los aspirantes con algún respaldo relativo ha mostrado el más mínimo interés en resolver las profundas asimetrías del Perú con Chile en torno al uso de los cielos, la definición de la soberanía y los miles de millones de dólares que ha dejado de recibir, desde el gobierno de Alan García 2011, Perú! Cómo si los cielos no pertenecieran al destino soberano de la Patria.

 

¿Ha escuchado usted interés siquiera remoto de nuestros políticos en resolver la absurda inequidad que significa que tengamos casi 3 mil kilómetros de litoral y que la ingesta de pescado en Perú sea menor que en otros países que carecen del mismo?

 

Por casualidad ¿ha oído los planes enérgicos y nacionales de algún candidato para renegociar radicalmente cómo se distribuirá en todo el país Internet barato, potente y en cada villorrio, aldea o conjunto humano en Perú y con eso solucionar el tema de la educación remota?

 

Cuando en el Teatro Maipo de Buenos Aires aquel lejanísimo 1934, Enrique Santos Discépolo, autor de Cambalache, anticipaba con luces potentes lo que habría de ser una constante en la política latinoamericana: ceguera absoluta y reprobable.

 

¡Lo mismo un burro que un gran profesor! ¡Bah!