¡Miedo, terror y espanto!: medios al borde de un ataque de nervios
por María del Pilar Tello; mptello2@gmail.com
por María del Pilar Tello; mptello2@gmail.com
10-5-2011
Lo que hemos visto este domingo 8 de mayo en los programas televisivos
nos revela el grado de miedo, terror y espanto que tienen ciertos
sectores a los resultados del 5 de junio. Ollanta Humala convertido en
diablo genera un pánico que los medios no disimulan y se colocan sin
rubores al servicio del fujimorismo. Sin objetividad dan un
espectáculo grotesco, generando rechazo al victimizar a Humala,
asegurando el efecto bumerán.
La emboscada a Humala que protagonizaron Aldo Mariátegui y Mónica
Delta en el Canal 2 es de antología, sin respeto alguno al invitado ni
al público, optaron por el sarcasmo y la burla que ningún periodismo
profesional de calidad admite. Se descalificaron a sí mismos
portándose como inmaduros escolares haciendo catarsis frente a un
supuesto enemigo.
Víctimas de sus propios miedos, se ven ante la catástrofe y pierden
los papeles, agotan recursos económicos y de los otros, importan
guerreros como Hernando de Soto y Jaime Bayly. Pasan por alto lo que
significó el gobierno de Alberto Fujimori, la corrupción, la ruptura
de la institucionalidad y las violaciones de derechos humanos.
Santifican a KFujimori mientras atacan a OHumala, usan el fantasma del
dictador venezolano Hugo Chávez y no tocan al dictador peruano Alberto
Fujimori. Ignoran la vuelta del entorno fujimorista que es el mismo
del padre de la candidata pantalla. No quieren ver la repulsiva
continuidad. La ciudadanía se pregunta por qué tanto nerviosismo.
No es para tanto. Humala es sólo un nacionalista, no es un socialista
como Lula o Bachelet. Su opción no es radical, es dialogante y
concertadora. Con el Parlamento dividido deberá buscar acuerdos y
alianzas para aprobar leyes. Y en cuanto al modelo no hay problema,
está asegurado. Las estrechas posibilidades de cambiarlo se darán
dentro de lo que permitan la globalización y los centros de poder. Así
ha sucedido en todos los gobiernos izquierdistas de la región que
colocaron a liberales para dirigir las economías nacionales. Ollanta
no será la excepción. Las autarquías son imposibles, por eso ya
anunció a un independiente como Ministro de Economía. En los
siguientes días lo veremos abundando en esta actitud que se impone a
todos los países que se sientan a la mesa globalizada.
Si nuestra derecha tuviera la lucidez y la valentía de un Mario Vargas
Llosa otro sería el cantar. Si se diera cuenta que se requiere un
gobernante como Humala para aplacar los conflictos sociales que
desestabilizan el sistema celebraría su llegada y no estaría
exagerando al paroxismo sus propuestas ni viendo un revolucionario
donde solo hay un candidato con sensibilidad social. La ambición
convertida en angurria los obnubila y los hace caer en el ridículo.
No están en riesgo ni la estabilidad de la banca ni de los capitales
en soles o en dólares, tampoco la bolsa de valores ni los ahorros, ni
las Afps, ni las propiedades, ni nuestros hijos, ni la estabilidad
democrática ni la alternancia en el poder. Si está en riesgo la
impunidad de las mafias, sus corruptelas permanentes y su práctica
depredadora. Por eso temen y les angustia la bandera anticorrupción.
No les interesa la pobreza ni el abandono de los ancianos, ni los
salarios paupérrimos y el desempleo crónico y menos los servicios de
salud porque estos déficits son costos considerados inherentes al
sistema.
Las propuestas de Humala responden a una mínima racionalidad en
defensa del país y de los menos favorecidos: impuesto a la sobre
ganancias mineras, pensión a los adultos mayores de 65 años, atención
prioritaria a la salud, a la educación, a la ciencia y a la cultura,
crédito en provecho de la pequeña y mediana empresa. Y sin embargo no
hay terror cuando la candidata fujimorista asume con total desparpajo
aspectos de esta propuesta.
Estamos ante una renovada compra de los grandes medios de comunicación
que se hace con los millones de dólares que vienen de las mafias,
muchos de cuyos capitostes están a la espera de salir de las prisiones
donde purgan condenas. Con esos dineros también reparten víveres a
cambio de votos aprovechándose de la pobreza como lo denunció el
diario hispano El Mundo en hecho que para la prensa nacional es
habitual y no merece denuncia.
Como ya dijimos no estamos ante una votación ideológica. Mucha gente
de la derecha votará por Humala por ser la opción de la decencia
frente a las mafias de todo pelaje que suman esfuerzos y dinero para
demoler a Humala de forma tan obvia y patética como lo hace Bayly,
insultando la inteligencia y la sensibilidad de los peruanos.
Nada tan evidente como el editorial de El Comercio de ayer 8 de mayo
que pregunta "¿Respetamos a quienes piensan distinto de nosotros, que
no comparten nuestra postura política o ideológica?". Y lo hace a
propósito del condenable ataque a Jaime de Althaus pero hace oídos
sordos ante la emboscada y el irrespeto del dúo Aldo-Delta. Y agrega
el mismo editorial "En este contexto no podemos soslayar que en las
pasadas elecciones del 2006 el candidato Ollanta Humala expresó su
admiración por el régimen chavista". Pero si puede soslayar que en las
presentes elecciones la candidata Keiko Fujimori expresó su admiración
por el gobierno dictatorial de su padre que hizo trizas la libertad de
expresión y sirvió de modelo al dictador venezolano. Este es el
periodismo que defiende una opción en tanto descalifica la otra. Que
tal libertad de prensa!! Que tal pluralismo!!
Lo que hemos visto este domingo 8 de mayo en los programas televisivos
nos revela el grado de miedo, terror y espanto que tienen ciertos
sectores a los resultados del 5 de junio. Ollanta Humala convertido en
diablo genera un pánico que los medios no disimulan y se colocan sin
rubores al servicio del fujimorismo. Sin objetividad dan un
espectáculo grotesco, generando rechazo al victimizar a Humala,
asegurando el efecto bumerán.
La emboscada a Humala que protagonizaron Aldo Mariátegui y Mónica
Delta en el Canal 2 es de antología, sin respeto alguno al invitado ni
al público, optaron por el sarcasmo y la burla que ningún periodismo
profesional de calidad admite. Se descalificaron a sí mismos
portándose como inmaduros escolares haciendo catarsis frente a un
supuesto enemigo.
Víctimas de sus propios miedos, se ven ante la catástrofe y pierden
los papeles, agotan recursos económicos y de los otros, importan
guerreros como Hernando de Soto y Jaime Bayly. Pasan por alto lo que
significó el gobierno de Alberto Fujimori, la corrupción, la ruptura
de la institucionalidad y las violaciones de derechos humanos.
Santifican a KFujimori mientras atacan a OHumala, usan el fantasma del
dictador venezolano Hugo Chávez y no tocan al dictador peruano Alberto
Fujimori. Ignoran la vuelta del entorno fujimorista que es el mismo
del padre de la candidata pantalla. No quieren ver la repulsiva
continuidad. La ciudadanía se pregunta por qué tanto nerviosismo.
No es para tanto. Humala es sólo un nacionalista, no es un socialista
como Lula o Bachelet. Su opción no es radical, es dialogante y
concertadora. Con el Parlamento dividido deberá buscar acuerdos y
alianzas para aprobar leyes. Y en cuanto al modelo no hay problema,
está asegurado. Las estrechas posibilidades de cambiarlo se darán
dentro de lo que permitan la globalización y los centros de poder. Así
ha sucedido en todos los gobiernos izquierdistas de la región que
colocaron a liberales para dirigir las economías nacionales. Ollanta
no será la excepción. Las autarquías son imposibles, por eso ya
anunció a un independiente como Ministro de Economía. En los
siguientes días lo veremos abundando en esta actitud que se impone a
todos los países que se sientan a la mesa globalizada.
Si nuestra derecha tuviera la lucidez y la valentía de un Mario Vargas
Llosa otro sería el cantar. Si se diera cuenta que se requiere un
gobernante como Humala para aplacar los conflictos sociales que
desestabilizan el sistema celebraría su llegada y no estaría
exagerando al paroxismo sus propuestas ni viendo un revolucionario
donde solo hay un candidato con sensibilidad social. La ambición
convertida en angurria los obnubila y los hace caer en el ridículo.
No están en riesgo ni la estabilidad de la banca ni de los capitales
en soles o en dólares, tampoco la bolsa de valores ni los ahorros, ni
las Afps, ni las propiedades, ni nuestros hijos, ni la estabilidad
democrática ni la alternancia en el poder. Si está en riesgo la
impunidad de las mafias, sus corruptelas permanentes y su práctica
depredadora. Por eso temen y les angustia la bandera anticorrupción.
No les interesa la pobreza ni el abandono de los ancianos, ni los
salarios paupérrimos y el desempleo crónico y menos los servicios de
salud porque estos déficits son costos considerados inherentes al
sistema.
Las propuestas de Humala responden a una mínima racionalidad en
defensa del país y de los menos favorecidos: impuesto a la sobre
ganancias mineras, pensión a los adultos mayores de 65 años, atención
prioritaria a la salud, a la educación, a la ciencia y a la cultura,
crédito en provecho de la pequeña y mediana empresa. Y sin embargo no
hay terror cuando la candidata fujimorista asume con total desparpajo
aspectos de esta propuesta.
Estamos ante una renovada compra de los grandes medios de comunicación
que se hace con los millones de dólares que vienen de las mafias,
muchos de cuyos capitostes están a la espera de salir de las prisiones
donde purgan condenas. Con esos dineros también reparten víveres a
cambio de votos aprovechándose de la pobreza como lo denunció el
diario hispano El Mundo en hecho que para la prensa nacional es
habitual y no merece denuncia.
Como ya dijimos no estamos ante una votación ideológica. Mucha gente
de la derecha votará por Humala por ser la opción de la decencia
frente a las mafias de todo pelaje que suman esfuerzos y dinero para
demoler a Humala de forma tan obvia y patética como lo hace Bayly,
insultando la inteligencia y la sensibilidad de los peruanos.
Nada tan evidente como el editorial de El Comercio de ayer 8 de mayo
que pregunta "¿Respetamos a quienes piensan distinto de nosotros, que
no comparten nuestra postura política o ideológica?". Y lo hace a
propósito del condenable ataque a Jaime de Althaus pero hace oídos
sordos ante la emboscada y el irrespeto del dúo Aldo-Delta. Y agrega
el mismo editorial "En este contexto no podemos soslayar que en las
pasadas elecciones del 2006 el candidato Ollanta Humala expresó su
admiración por el régimen chavista". Pero si puede soslayar que en las
presentes elecciones la candidata Keiko Fujimori expresó su admiración
por el gobierno dictatorial de su padre que hizo trizas la libertad de
expresión y sirvió de modelo al dictador venezolano. Este es el
periodismo que defiende una opción en tanto descalifica la otra. Que
tal libertad de prensa!! Que tal pluralismo!!
No comments:
Post a Comment