Tuesday, November 06, 2007

¿Quieren cerrar Cierres Rey?

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
6-11-2007

¿Quieren cerrar Cierres Rey?

Apareció ayer lunes 5 un aviso a toda página, multicolor y con las
siguientes llamadas notables: Privilegio de las marcas más famosas;
Por algo será; Cierres, etiquetas, cintas elásticas; Corporación Rey
S.A.; Exportando producto peruano al mundo. El asunto no pasaría de
ser un alegato comercial más, si no fuera por ciertas versiones que
empiezan a confirmar su siniestra presencia en el horizonte
empresarial peruano.

Conviene destacar, con subrayado decibel, que esta empresa tiene más
de 600 trabajadores, es decir cualquier sobresalto, crisis, déficit, o
trampa contra la misma, afectaría a un universo bastante grande que
tiene más de cinco décadas en el mercado nacional y que, hasta donde
se sabe, ostenta la bandera peruana de sus capitalistas principales,
ejecutivos y empleados.

¿Qué hay de cierto que la brusca baja de aranceles a la importación de
maquinaria e insumos para avíos y productos de cierres, cremalleras y
partes, estaría favoreciendo la infiltración de empresas extranjeras?
¿hay, por si las moscas, siempre es bueno preguntarlo, entre éstas,
una chilena? Para que ello hubiese ocurrido, habría el ejercicio
protervo de una práctica económica criminal: el dumping.

Según la Comunidad Andina: "Dumping es una práctica de discriminación
de precios que se verifica cuando una empresa exporta sus productos a
otro país a precios menores a los que vende en su mercado interno. La
figura de dumping se da cuando en el curso de operaciones comerciales
normales el precio de exportación de un producto es menor que el
precio interno de un producto similar destinado al consumo en el país
exportador."

Si, como pareciera ser el caso, otras empresas pueden ingresar sus
productos bajo esas características de precios menores a los que se
ofrecen en el mercado local, se estaría configurando esa mala práctica
que simplemente ¡quiebra cualquier negocio! Algo similar y con
profunda deslealtad, ocurriría si se deja ingresar firmas comerciales
extranjeras con capacidad de importar maquinaria con aranceles bajos o
inexistentes. ¿Cuál de estas características criminales, son las que
se están configurando en estas mismas semanas en Perú y con puntería
directa contra Cierres Rey?

Para que esta traición se cometa es indispensable la presencia de
autoridades coimeables en los diferentes ministerios que tienen a su
cargo los diferentes ciclos económicos por los que pasa el asunto:
Economía y Finanzas, Industria, Comercio Exterior, etc. Además, hay la
necesidad imperiosa –como oprobiosa- que vendepatrias a quienes no
importa –para nada- la industria nacional peruana, vendan sus
conciencias a precios negociables y de mercado sucio, para promover
las facilidades inmorales que siempre rodean la comisión de estas
atrocidades.

¿Se da el empresario peruano el respeto que merece? Para muchos, la
imagen del empresario local es la de un angurriento llorón, mendicante
de sinecuras y logrero episódico que acompaña a todos los gobiernos.
No hay duda que esta mala atmósfera se la han ganado no pocos
miserables que se hacen llamar empresarios aunque no lo sean y en
realidad sean empleados de transnacionales y de mucho poder. Pero, al
lado de estos elementos repudiados y antipáticos, hay otros, cuya
tarea ha sobrepasado las coyunturas y el sólo estar en el mercado
nacional y externo, exportando sus productos, traduce esfuerzo, tesón,
patriotismo, fuentes de trabajo y familias bajo el amparo productivo
que significa la empresa.

La empresa nativa necesita ganar y legitimar su lugar en la dinámica
productiva nacional. Defendiendo sus inversiones, capacitando a su
personal y pagándole bien para que encuentre en la relación laboral
aliciente y ganas de progresar en la plena conciencia que sus derechos
son irrenunciables. Entre estos, está, trabajar en forma excelente y
cobrar bien por dignidad propia y de su familia. ¿Cuánto de esto es
práctica común en las firmas nacionales? Por desgracia, se podría
afirmar que el porcentaje es bajísimo.

No obtante lo dicho, y vamos a averiguar de manera más profunda, hay
rumores intensos que apuntan a la fulminación de una empresa en
particular y con el sucio designio de colocar a otra foránea que
pagará menos, gozará de un régimen arancelario muy simpático y ad hoc
para explotar mejor a los trabajadores, facilidades tributarias y ¡lo
que es peor! en un claro atentado contra la industria nacional que si
no se pone los pantalones va a ser engullida de una manera poco viril
y hasta cobarde.

Resuena nuevamente en mis oídos, del aviso de Cierres Rey: Por algo
será. Averiguaremos.

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

¡Sólo el talento salvará al Perú!

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¿Coimean a ministro Wagner?

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
6 -11-2007

¿Coimean a ministro Wagner?

Se ha tomado conocimiento que el viaje, estadía, hasta impuesto de
salida, del ministro de Defensa, Allan Wagner Tizón, ha sido pagado
por el gobierno chino. ¿Tanta miseria hay en el Estado peruano que no
puede sufragar lo elemental cuando viaja un burócrata como en el caso
de marras? Como nadie viaja gratis a cambio de nada, hay derecho a
preguntarse ¿qué está dando a cambio de tanta gentileza deleznable el
embajador Wagner? ¿coimean a titular de Defensa?

La Resolución Suprema que autoriza la visita oficial del ministro
Allan Wagner a China con todo pagado por el país anfitrión, incluyendo
el impuesto de aeropuerto, lleva el N. 223-2007-PCM. Esta clase de
documentos son simplemente escupibles por abyectos.

Nótese que el secretario de Defensa, nada menos que de Estados Unidos,
país de enorme potencial militar, geopolítico, decididor e importante,
estuvo en China por algo más de tres días. ¿Qué misión tan especial de
su irrisorio Núcleo Básico Eficaz, formulación onanista de palabrería
vacua, obliga a que Wagner Tizón esté en China durante largos doce
días y a expensas de esa nación oriental?

Cuando el interés nacional está de por medio, es decir, como capítulo
fundamental, principal e irrenunciable de cualquier hombre de Estado,
el funcionario, para que Perú no le deba a nadie ¡absolutamente nada!,
simplemente viaja con el peculio que le da la patria. ¿Qué es eso de
dejarse pagar minucias baratas para una excursión so pretexto de
coordinaciones militares? No olvidemos que dádivas quebrantan penas.
En petisos y también en quienes pasan el 1.90 mts., altura en que la
inteligencia, cuasi inexistente, deja de funcionar en su pobrísimo
10%.

La dignidad de un país, por pobre que fuese, nunca deja de tener los
recursos mínimos para pagar: un pasaje, estadía indispensable y los
impuestos de viaje. ¿Será mucho pedir a los turistas que paguen de su
bolsillo, los safaris exóticos que emprenden para aparentar la
importancia que NO tienen? ¿será que la prensa acrítica, amiga y
comprada que manejan en ciertos predios gubernamentales y no
gubernamentales, donde se callarán absolutamente los indecorosos
detalles de que vamos dando cuenta?

Pocos meses atrás, el embajador Wagner, cuyos conocimientos de Defensa
o cualquier arte parecida, se reducen a menciones de una ridícula
seguridad cooperativa, copia de la tesis gringa luego del ataque de
setiembre en Nueva York, años atrás, no tuvo mejor idea que noticiar a
los polpotianos terroristas que actúan en la zona de VRAE que retiraba
a los militares, con una candorosidad lindante con la absoluta
ineptitud de que es protagonista cotidiano este señor. Por tanto, la
pregunta, siempre en el marco de su viaje de turismo, es importante:
¿qué tecnología novedosa tienen los chinos en materia de defensa
militar aplicable a los complicados parajes serranos y selváticos del
interior peruano? A nadie escapa que la nación asiática ha logrado
asombrosos desarrollos comerciales y que su "socialismo" –capitalismo
descarado- de Estado, ha conseguido catapultar su economía. Pero de
allí a que pontifiquen sobre cómo combatir al terrorismo o al
narcotráfico, hay un abismo. Y que sea Wagner el interlocutor, parece
una ridiculez de altísimo nivel: este caballero no diferencia un
tanque de un ornitorrinco. O, como diera muestra, años atrás, no
entiende que la historia no se reescribe o se re-estudia para
maquillarla, como firmara contra Perú en 1985 en un acta lamentable,
con su par chileno de entonces y que siempre constará en su muy
mediocre carrera diplomática.

La frivolidad con que se manejan los ministros del gobierno del señor
García Pérez es abominable. Viajan con frecuencia y por cualquier
motivo. Parecieran vivir, pagados por el pueblo peruano, sólo para
"ejercer influencia" en los legisladores de Gringolandia en Capitol
Hill, como si alguno de estos descamisados, sin patria, bandera o
himno nacional, pudiera hacer algo con parlamentarios que los miran
como plumíferos de países bananeros (aunque sea con faldas y obesas),
pedilones y rogones de avemarías y muchos dólares. A ese conjunto,
acaba de sumarse y por largos doce días, Wagner Tizón, el ministro de
Defensa a quien el gobierno de China ha pagado pasaje, estadía y hasta
el impuesto de salida. ¡Qué verguenza impresionante!

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

¡Sólo el talento salvará al Perú!

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Monday, November 05, 2007

¿Estado, culpable por omisión?

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
5-11-2007

¿Estado, culpable por omisión?

Afirmó Francisco Soberón de la Asociación Pro Derechos Humanos
(Aprodeh) "si bien no se ha determinado judicialmente quiénes
asesinaron al ex dirigente minero Saúl Cantoral y a la activista
Consuelo García, recordó que el Estado es responsable no sólo por
acción sino por omisión..... que el crimen no se haya esclarecido es
también responsabilidad del Estado, quien debe asumir eso, así las
violaciones a los derechos humanos hayan ocurrido en otro gobierno"
Andina, 4-11-2007)

En buen romance, aunque no se haya determinado quiénes fueron los
autores de los crímenes, el Estado peruano, sí o sí, debe hacerse
cargo del hecho de sangre, asumir las responsabilidades, pagar las
puniciones a los deudos del infame hecho, culparse a sí mismo porque
alguien referido o pagado por alguna entidad de derechos humanos así
lo sostiene peregrinamente. La infabilidad no asiste a ninguno de los
protagonistas, así sea un asalariado no tan inocente ni desinteresado
en propiciar la culpabilidad automática y per se del Estado. ¿Es eso
lo que dice el derecho penal internacional?

En el artículo La Corte Internacional de Justicia y la Corte de San
José, el embajador Félix C. Calderón anota los siguientes párrafos:

"Y con el objeto de definir mejor la responsabilidad internacional del
Estado acusado en el genocidio de Srebrenica, la CIJ elucidó tres
aspectos relacionados con la misma. En primer lugar, no podía probarse
de manera concluyente que los agentes serbios involucrados en la
masacre se encontraban sometidos en ese momento a la "total
dependencia" del Estado. En segundo lugar, no era posible determinar
si esos actos genocidas fueron cometidos siguiendo instrucciones o
directivas de los órganos del Estado o si éste estaba en condiciones
de ejercer un control efectivo sobre las operaciones. Tampoco el
Estado denunciante había presentado prueba documental de la existencia
de esas instrucciones, expedidas con esa intención específica (dolus
specialis). Por último, con base en los elementos probatorios
alcanzados por Bosnia, la Corte de La Haya concluyó, asimismo, que no
podía considerar a Serbia culpable de complicidad en el crimen de
genocidio en tanto no pudo demostrarse de manera concluyente que las
autoridades de Belgrado hayan sido informadas, de inmediato, de la
decisión tomada en el terreno de eliminar físicamente a la población
masculina adulta de la comunidad musulmana.

En fin, con relación a la obligación del Estado denunciado de
indemnizar a las víctimas o a sus deudos, la CIJ precisó que los daños
y perjuicios invocados por el Estado denunciante no eran consecuencia
del comportamiento ilícito de Serbia, en la medida que no podía
demostrarse con total certidumbre si el genocidio de Srebrenica se
hubiera impedido de haber actuado Serbia de conformidad con sus
obligaciones jurídicas. Para la Corte no había relación de causalidad
entre la obligación que tenía Serbia de prevenir y el genocidio
propiamente dicho. Por lo tanto no cabía ninguna reparación
pecuniaria, siendo suficiente a guisa de satisfacción la sentencia
misma en el acápite que establece la culpabilidad de Serbia por no
haber prevenido ese horrendo crimen. Y punto.

Como se ha podido comprobar, la lógica jurídica seguida por los jueces
del más alto tribunal mundial (de indiscutible versación jurídica y
con vasta experiencia en el ejercicio de la magistratura), se asienta
en el principio inconmovible de causalidad en virtud del cual hay una
relación directa, de efecto-causa, entre los actos o hechos y la
intención específica (dolus specialis), y esta relación debe
materializarse dentro de un marco concreto de acción en que los
agentes obedecen directamente a quienes deciden de acuerdo con las
instrucciones impartidas a priori. Es más, queda implícita en la
sentencia de la Corte que el compromiso de los Estados en la
Convención sobre la prevención y represión del crimen de genocidio,
implica juzgar y sancionar a los individuos y grupos culpables, en
tanto es un absurdo que el Estado se comprometa a castigarse a sí
mismo. De allí fluye, en ausencia de prueba en contrario, que la
responsabilidad penal de los Estados partes de ésa y cualquier otra
convención debe ser expresamente señalada en el texto del respectivo
instrumento internacional y no inferirse arbitraria o
discrecionalmente. El Estado no puede ser culpable de un acto criminal
cometido por un actor individual o por un grupo de actores. Y se
plantearía el problema de la competencia jurisdiccional de la Corte si
sentencia en ese sentido, puesto que no tiene competencia penal y el
procedimiento a seguir tampoco se ciñe estrictamente al procedimiento
penal."

El crimen de que fueron víctimas Saúl Cantoral y Consuelo García es un
hecho repudiable, atroz y que merece toda la condena posible porque no
hay justificación a quitarle la vida a nadie por razón alguna. Pero,
nótese que el propio señor Soberón expresa que el crimen no ha sido
esclarecido, es decir, que no hay culpables claros ni vectores a los
que sindicar con nombre y apellido. ¿Por causa de qué esta persona
furiosamente clama porque el Estado, en vista de esa nebulosa
jurídica, tiene que necesariamente auto-inculparse? ¿para darle razón
a la Corte de San José y sus generalizaciones ya conocidas? El derecho
penal internacional no acompaña a Soberón, cuyas expresiones parecen
las del fanático que culpa a tontas y a locas, pero no esgrime la
exactitud que sí reclamaron y proclamaron los jueces que en el tema de
Sbrebenica sobre el efecto-causa, entre los actos o hechos y la
intencion específica.

Las discusiones jurídicas son, casi siempre para especialistas, pero
aquí hay algo señalable o, mejor dicho, pasible de repulsa categórica.
Cuando faltan pruebas o indicios exactos o señas irrefutables,
entonces, el último y mejor "recurso" y chivo expiatorio, es el
Estado, a cuya cabeza se pagan copiosos dólares de multa, llamadas
reparaciones. En este caso, el Estado peruano que sufragan 28 millones
de habitantes que tendrá que pagar esas multas a los deudos. ¿Cuánto
de eso va a parar en los intermediarios? Si no los hay, enhorabuena.
La pregunta es ¿hay prueba irrefragable de sistemática, mecánica y
científica, colusión del Estado en estos crímenes? Si Soberón mismo
entiende que no y así lo declara, y al parecer el derecho
internacional penal, para actuar y hacerlo de modo limpio, lo demanda
inconcusamente, no es posible, entonces, apotegmáticamente culpar al
Estado por una supuesta omisión que lo incrimina de forma automática.
Porque es simplemente un absurdo y un facilismo contra las mismas
leyes del derecho penal internacional.

Dura lex, sed lex. Hagamos abstracción de las interpretaciones
volitivas o simpáticas a los defendidos ocasionales o de oportunidad
porque son rentables o generan ingresos. Eso alude simplemente al
mercenarismo del que parecieran hacer ostentación ciertos
irresponsables que hablan cuanto se les viene a la mente. Y ni los
derechos humanos pueden dar patente de corso para esta barbaridad, ni
pueden ser éstos, mercancía o pasaporte para llenarse de dinero,
violando ¡los derechos humanos de otros con buena voluntad y anhelo
intachable de justicia y verdad! Soberón es peruano y como tal tiene
ineludibles deberes, distinguiendo lo nacional de aquello que el
mecenazgo externo manda. O impone.

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

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CG: denuncia irregularidades en Camisea

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
2-6-2007

CG: denuncia irregularidades en Camisea

"Un equipo de auditores de la Contraloría General de la República
detectó irregularidades en torno a la licitación internacional de
Camisea, el proyecto gasífero más importante del país, tras realizar
una inspección en Proinversión.

Por ello, el ente fiscalizador autorizó a su procuradora iniciar
acciones legales contra los funcionarios responsables, según se
conoció por El Peruano.

De acuerdo con la investigación de Contraloría, las fallas detectadas
se encuentran en el concurso público que otorgó la licencia de
explotación del hidrocarburo, en el Cusco, celebrado en febrero del
2000. La buena pro le fue adjudicada al consorcio internacional
Upstream, conformado por Pluspetrol, Hunt Oil y Techint.

Conforme a lo expuesto, el Comité Especial Camisea (CECCAM) y la
Comisión de Promoción de la Inversión Privada (Copri, hoy
Proinversión) fijaron en las bases un pago fijo de regalías, cuando la
Ley Orgánica de Hidrocarburo establece que el monto es variable y
susceptible de cambios en función a factores exógenos.

El equipo investigador de Contraloría concluyó que esta variación
permitió al consorcio ganador ahorrarse una fuerte suma de dinero,
pues el pago al Estado hubiera sido mayor con un pago de regalía
oscilante. Más aún si se toma en cuenta la subida del precio
internacional de petróleo y los minerales en los años recientes". La
República 2-6-2007.

Muy temprana, valiente y directa, fue la crítica que hiciera
¡precisamente! a esta falta de definición en el monto de las regalías,
el ingeniero Carlos Herrera Descalzi, ex ministro de Energía y Minas y
quien, por haberlo hecho, aquí en Perú y fuera del país, se ganó un
puesto en el índex aunque estuvo en su papel cívico de denunciar lo
que hoy viene a confirmarse por falta de decisión y pantalones.

También, con una cuota modestísima, es cierto, y desde la primera
hora, nos cupo criticar, aportar datos, filmar in situ, comprobar
irregularidades contra el medio ambiente e hicimos un trabajo en
vídeo, Valle de La Convención, Cusco: Tierra de Nadie, que la prensa
¡toda! limeña y con pretensiones de nacional, nunca acogió por razones
que aún están en el misterio. Felizmente la Comisión Investigadora del
Congreso que indagó por las repetidas fallas en el gasoducto-estafa de
Camisea, reivindicó el documental y lo hizo uno de sus aportes
principales.

En un país que todo lo olvida porque el colectivo de "pensamiento"
está diseñado para tal avieso propósito, es conveniente y fraternal
como respetuoso, traer a la memoria la figura invicta del ingeniero
Carlos Repetto Grand quien tuviera en público y en privado, en la
prensa y en la radio, en la televisión o en la tribuna a que fuese
convocado, aquí y afuera, un destacadísimo papel crítico sobre lo que
llamamos entonces ¡la estafa de Camisea! El se fue apenas llegado a
los 70 años en el 2005, sin embargo, sus enseñanzas y señalamientos,
como el que subrayó sobre Camisea, hoy son rescatados nada menos que
por la Contraloría General de la República.

Viene a cuento recordar una expresión de hace un lustro y que tiene
también entre sus firmantes a un buen amigo, recientemente
desaparecido, el ingeniero Rafael Iriarte. No son pocos los patriotas,
tampoco escasean aquellos que aman al Perú y que pelean fieramente por
su preservación digna y altiva por un país justo, culto y libre.
Leamos.

¡Camisea debe estar en manos peruanas!*
Julio-2002

Las reservas de gas de Camisea son la gran oportunidad de desarrollo
energético, agrícola, petroquímico, social y básico de la macrorregión
sur en particular y del Perú todo para la próxima centuria. Esta
riqueza no admite negociaciones sospechosas, especulaciones bursátiles
o intervenciones de firmas no calificadas, técnica ni financieramente,
en su gestión, exploración, explotación y desarrollo integral. Para
los peruanos Camisea es la nueva esperanza irrenunciable de un
patrimonio nacional, llave de su futuro, pasaporte al progreso y
afirmación de su designio de, sin empeños ni trastiendas, forjar un
Perú libre, justo y culto, a través de la oferta masiva de trabajo,
potenciación de los campos y, sobre todo, del conocimiento que los
peruanos sí podemos manejar proyectos de la munificente envergadura de
que está dotado el Cusco.

El Contrato de Licencia para la explotación de hidrocarburos en el
Lote 88, Gas de Camisea, firmado el 28 de noviembre del 2000, entre
PerúPetro S.A. y Pluspetrol Perú Corporation, Sucursal del Perú; Hunt
Oil Company of Perú LLLC, Sucursal del Perú; SK Corporation, Sucursal
Peruana, e Hidrocarburos Andinos SAC, NO GARANTIZA ni la soberanía
peruana sobre los recursos energéticos ni la limpidez de un contrato
en el cual se identifican múltiples irregularidades que comienzan con
la NO PUBLICACION de este convenio en el diario oficial El Peruano,
desde su suscripción a la fecha.

Por ligereza, irresponsabilidad o dolo de TRES GOBIERNOS (dictadura de
Kenya Fujimori, transitorio de Valentín Paniagua y del actual de
Alejandro Toledo), se han dejado pasar condiciones, cláusulas,
procedimientos, cálculos, incumplimientos, contrabandos,
irregularidades, desde todo punto de vista INACEPTABLES E INDIGNOS
para el Perú, su pueblo y su historia. Entre ministros cómplices,
mandatarios débiles o interesados, ejecutivos hábiles en estafas y
acciones especulativas se ha llegado hasta al colmo de declinar el
patrimonio peruano del gas a favor de empresas formadas a última hora,
con capitales exiguos y de discutible capacidad técnica en el
especializado negocio petrolero y energético.

Hasta la fecha, los responsables no han contestado una consulta
puntual acerca de si las fianzas a que están obligadas las empresas
favorecidas han sido entregadas y si son claramente ejecutables a
favor del Estado peruano. Esta información no puede ser secreta ni
estar oculta a los peruanos. Si las fianzas no hubieran sido
entregadas según reza el contrato, éste es NULO en todos sus aspectos.

El Contrato actual, en sus términos y condiciones lesiona la soberanía
del Perú, una sola cláusula la 8.6 es la nueva página 11 cuyo
abominable recuerdo llena de vergüenza a sus fautores y rememora las
enérgicas jornadas de protesta de entonces que ratificaron que la
patria no se vende, la patria se defiende.

De ese modo, la imagen de país capaz de contratar con diáfana voluntad
de cumplimiento del Perú se ve seriamente erosionada ante el mundo.
Aparecemos como un país de pillos redomados; de gobernantes corruptos
y de negociadores capaces de coimear a todo aquel que se ponga al
frente. ¿Alguien puede explicar las razones por las que las grandes
empresas petroleras del mundo abandonaran su participación en este
contrato cuyo valor comercial agregado se estima en poco más de US$
300,000 millones de dólares? El contrato en mención contribuye, y de
pésima manera, a retratar al Perú como a una nación deleznable, inepta
para proyectar su futuro a través de convenios inmaculados y libres de
cualquier sospecha de manejos inadecuados.

Nosotros, los profesionales, estudiantes, amas de casa, trabajadores,
sin distinción de credos o razas, premunidos de un patriotismo
constructivo y cívico, hemos decidido desde abajo, desde la sociedad,
en uso de nuestros inalienables derechos a ejercer el nacionalismo y
capacidad de planificar que nos viene de ancestro, conformar el
Consorcio Cívico por Camisea y convocar ampliamente a los peruanos sin
distingos de ninguna especie a demostrar que hay en el Perú
promotores, ingenieros, técnicos y operarios capaces de llevar
adelante el desarrollo de la explotación integral del gas de Camisea.

¡Camisea debe estar en manos peruanas!

EL COMITÉ ORGANIZADOR Consorcio Cívico por Camisea

Carlos Repetto Grand
Federico Mena López
Rafael Iriarte
Pedro Flecha
Herbert Mujica Rojas

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Friday, November 02, 2007

¡Cuasi solos, pero más fuertes que nunca!

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
2-11-2007

¡Cuasi solos, pero más fuertes que nunca!

Tuve, días atrás, la peregrina como insólita idea de plantear un
esfuerzo de asociación de voluntades, ideas, cuanto que de recursos
tangibles e intangibles, con el revolucionario y valiente elan de
estudiar, diseccionar y denunciar a una mafia de embusteros
multidisciplinarios que se alaban entre sí, se enriquecen con la
pobreza y que ha establecido una dictadura monopolizadora de ciertos
temas que dan muchos y abundantes dólares. A nadie escapa la certeza
que una tarea hercúlea como aquella, demanda enorme inversión de
tiempo e investigación. Y tampoco, que son muy pocos los que se han
atrevido a romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz.

Entonces, comunicador, noticié de la decisión. Encontrando sorpresas
inesperadas y fraternas. De inmediato, varios se apuntaron con
grandilocuentes dosis de entusiasmo, aliento, buenas ideas, magnífico
humor y las consabidas advertencias de lo políticamente incorrecto que
podría resultar semejante comisión. De quienes no esperaba nada,
llegaron con su hermosa carga material y militante.

Sin embargo, y aunque esta nota no sea sino una de humor muy personal
y de confesión ante el hecho, la desidia, indiferencia, silencio
sepulcral, "prudencia" exacerbada, también dieron testimonio vívido y
hubo quienes no se dieron por enterados, ni siquiera para pronunciar
un simple como entendible no, y ahora son inexistentes o han viajado
de súbito. Es parte de la vida y símbolo triste que evidenciaría que
en Perú las empresas, las grandes fraternidades humanas, si no están
sufragadas por algún premio de lotería, entonces, son imposibles o
quimeras de soñadores profesionales. Y por tanto, irrealizables.

El facto no podía ser más desopilante. ¿Representaría esto el abandono
de la partida o la prematura muerte del trabajo que nos propusiéramos
antes como piedra de toque y reto contemporáneo a investigar, escribir
y denunciar? ¡Por supuesto que no! ¡Estamos cuasi solos pero más
fuertes que nunca!

Años atrás en La fe del carbonero, 15-7-2003, escribí, luego de una
malograda, por mano y conspiración ajena, experiencia periodística, lo
siguiente: "Con la fe del carbonero que echa el mineral para que la
máquina no pare ni dubite en su impulso dinámico, con el amor a una
causa de justicia, en la identificación con el Perú, sus tradiciones y
su gente multicolor, plurilingue, me quedo en la avalancha de los
nuevos tiempos que no son otros que los del nacionalismo continental y
desarrollo con igualdad de oportunidades."

Por tanto, a quienes se han embarcado a navegar contra viento y marea,
hay que decirles que todo sigue igual y con ratificados impulsos
anhelantes del triunfo de nuestra victoria noticiosa. Poco vale, si
importa acaso un ardite, la frialdad novísima de quienes ahora están
atacados de mudez imprevista; no interesa el desinterés calculado del
pesimista que da todo por perdido sin presentar pelea ni atreverse a
hacerlo en buena lid con clase y rutina de ganadores; es entendible
que al conservador le sea importante dejar las cosas como están porque
así vive feliz. Si feliz se puede ser cuando millones transitan por la
pobreza material y, sobre todo, espiritual, más misérrima. Sin
ambiciones, ni horizonte, ni voluntad de horadar la montaña y
construir los nuevos caminos y carreteras para el pueblo peruano. En
fin, cada quien es dueño de sus decisiones.

Esta humilde cantata de optimismo es la promesa que vence
obstinaciones, conquista porvenires, derrota negativismos. Y si hay
que morirse de algo, que sea de un ataque de fe. De fe en el Perú, de
fe en el prójimo que sí se arriesga y de fe en que los rutilantes
signos de los próximos andares serán creación heroica de los hombres y
mujeres que vibran con el fuego espectacular que construye países y
proyectos nacionales. Gracias a los intrépidos y una mirada
contemplativa para aquellos que creen que las cosas caen del cielo. O
por la gracia de algún dios dadivoso y bienhechor.

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

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Thursday, November 01, 2007

Agresión a peruanos en Chile

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
1-11-2007

Agresión a peruanos en Chile

El testimonio que se publica corresponde a un sociólogo chileno,
Ricardo Jiménez, que denuncia la xenofobia manifestada contra
migrantes peruanos, ciudadanos que pagan impuestos, contribuyen a la
economía local y a la de su país de origen con el envío de cientos de
millones de dólares a sus familiares en el terruño; y representa un
hecho inocultable de racismo e intolerancia. ¿Creerá cierta gente que
hace un favor a los migrantes? Aquí al Perú llegaron, luego del 11 de
setiembre de 1973, decenas de miles de chilenos. No pocos hicieron
familia y afincaron desde entonces. Y que se sepa se les dio albergue,
trabajo, posibilidad de no morirse en vida y se los asimiló de algún
modo.

Conviene preguntarse si, ahora que se han dado medidas para la
regularización de los migrantes, en Chile se cree que los peruanos
allí residentes son todos elementos de mal vivir. ¡En ningún país del
mundo hay cerca de 80 mil personas dedicadas a tales quehaceres
propios de rufianes de baja estofa! En cambio sí están produciendo y
sufragando tributos, insertos en los ciclos económicos de servicios,
industria y labores de mil y un naturalezas. ¡Así son las corrientes
migratorias!, a veces de norte a sur, o de sur a norte como ocurrió
cuando en el siglo XIX miles de chilenos avecindaron en Antofagasta y
con los años simplemente, bajo pretextos y argumentos múltiples, se
quedaron con ella! No sólo eso, luego la emprendieron contra el norte
y enajenaron Tarapacá y Arica. Solo en 1929 y tras la ardua
negociación del Tratado y Protocolo Complementario del 3 de junio de
ese año y peleado palmo a palmo por Augusto B. Leguía, devolvieron
Tacna.

Estamos ciertos que la idiotez aquella de "raza chilena" (es obvio que
el uso abusivo del gentilicio desacredita a sus propios autores) o de
la, por sectores fundamentalistas, alegada superioridad, no convence a
nadie. Aquí en Perú, tierra ubérrima, plena en riqueza natural
pesquera, ictiológica, minera, gasífera, demográfica, de pasado
cultural exhibible, hay aproximadamente 5 mil millones de dólares
invertidos por empresas chilenas. La lógica indica que no vendrían si
no fuera porque encuentran razones poderosísimas para trabajar en
Perú. No obstante a nadie se ata u obstaculiza si cree que debe irse a
otra parte. Entonces, el razonamiento indica, a las claras, que los
comportamientos subalternos, propios de matones, no ayudan a una
complementariedad que debe ser la tónica indispensable entre pueblos
vecinos.

Ni los parlamentarios, siempre en sus nubes gárrulas llenas de patotas
de secretarias y pelotones de asesores; de ministros borrachos de
celebrar un TLC que favorece a determinados y minúsculos cogollos
exportadores; de vendepatrias en Cancillería cuyas embajadas y
consulados son huecos negros gigantescos abiertos para toda clase de
abusos contra los mismos peruanos; pareciera preocuparse del enorme
contingente de hombres y mujeres compatricios que trabaja en Chile
porque aquí, simple y llanamente ¡no tienen oportunidad!

Si ellos callan porque su cobardía congénita así les impele o su
mediocridad no les da para más, es un asunto de esa casta en proceso
de putrefacción acelerada. Quien siembra vientos, cosecha tempestades.
A partir de la fecha y en servicio de esa noble, dinámica y avanzada
multitud de peruanos que trabajan en Chile, lejos de la patria, pero
teniéndola siempre presente, nos ponemos a disposición de sus
esperanzas, de sus reclamos, de sus horizontes y, qué duda cabe,
también de sus buenos deseos de contribuir limpia y honestamente a la
buena convivencia en el país ajeno que merece el mejor comportamiento
cívico en todas las circunstancias.
..........................................................................................................

Carta abierta al país

El país ha sido testigo de un nuevo atentado a la más mínima e
imprescindible responsabilidad social y ética de un medio de
comunicación masivo: el canal de televisión "Chilevisión", que ayer 29
de octubre a las 22 horas en su programa "Chile anónimo", se dedicó a
esparcir sin tapujos el veneno de los prejuicios, los estereotipos y
la xenofobia en contra de la comunidad inmigrante peruana, con la
incontestable consecuencia de despertar en la población chilena las
pasiones y discursos más egoístas y destructivas, los anti-valores y
las actitudes irreflexivas de tipo chauvinistas y anti inmigratorias
del todo peligrosas socialmente.

El nazi-fascismo europeo, los bestiales genocidios étnicos en la
ex-Yugoslavia y la latencia de la deuda histórico-moral de los
Estados–Nación de la región con nuestros pueblos originarios, emergida
con fuerza en la actualidad, entre muchos otros ejemplos, muestran
incontestablemente que la tentación de caer en estas actitudes y
discursos para obtener dividendos inmediatos, trae inevitablemente
aparejado el precio de rebajar la cultura y capacidad reflexiva de los
ciudadanos, abonando el campo social para el surgimiento de toda clase
de fenómenos insanos socialmente y, en este caso, obstaculizadores de
la imprescindible integración regional sudamericana.

Abandonando la mínima seriedad profesional periodística, una vez más,
sin tapujos ni controles, se han falseado datos y tergiversado las
realidades del fenómeno inmigratorio en Chile, dando la falsa imagen
de que el sector precario de esta inmigración constituye su gran
mayoría, generalizando situaciones de mala convivencia que sí existen
pero que son sin ninguna duda minoritarias y constituyen casi una
necesidad estadística. ¿Acaso no sería fácil encontrar casos similares
a todos los exhibidos en este programa entre la comunidad chilena (y
en cualquier otra)? ¿Y sería dable generalizarlos y presentarlos como
representativos de la mayoría de los chilenos, como este programa ha
hecho con total impunidad?

¿Ignora Chilevisión que por cada inmigrante en Chile hay al menos tres
chilenos en el exterior y que el intercambio migratorio beneficia neta
e indudablemente a Chile en todos las esferas económicas y culturales?
¿Ignora el señor Sebastián Piñera, dueño del canal irresponsable, que
esta actual inmigración es consecuencia de un modelo económico en Perú
del que él mismo ha sido uno de los principales beneficiarios,
enriqueciéndose a manos llenas con la precariedad de buena parte de
ese pueblo? ¿Es ésta una muestra de su "vocación democrática", "de sus
principios católicos", que espera extender al país si es elegido
presidente? Dios nos guarde!!!

Ante este impresentable empobrecimiento ciudadano por parte del
chauvinismo y la criminal irresponsabilidad social de Chilevisión,
sólo cabe un llamado enérgico a su denuncia, y a apurar la
promulgación de la urgente "Ley anti discriminación" que duerme en el
Congreso desde 1998 y que permitirá castigar estos programas como lo
que son: delitos.

Santiago de Chile, 30 de octubre de 2007

Ricardo Jiménez A.
Sociólogo chileno

--
Carolina Huatay Alvarez
Directora
Programa Social a Migrantes
Proandes; programamigrantes@gmail.com
Catedral Nº 1009 Of. 406 Santiago de Chile
Fono (0056-2) 688-4151

Wednesday, October 31, 2007

Nuestros legisladores

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
23-11-2005

Nuestros legisladores
por Manuel González Prada

I

Durante la legislatura de 1906, un senador tuvo la sencillez o la
malicia de afirmar en plena cámara: "Hace algunos años, el Poder
Parlamentario del Perú es nominal. Es inútil oponerse a ningún plan o
proyecto que venga del Ejecutivo, puesto que es seguro que todo
proyecto del Ejecutivo ha de aprobarse, cualesquiera que sean sus
consecuencias".

No desde algunos años únicamente, sí desde los comienzos de la vida
republicana, nuestras Cámaras Legislativas hicieron un papel tan
degradante y servil, que muchos diputados y senadores merecieron
figurar en la servidumbre de Palacio.Y ¿qué más podrían ser los
elegidos por el fraude o la imposición de los Gobiernos? Uno que otro
individuo de elevación moral, una que otra minoría de sanas
intenciones, no borran el estigma de la corporación.

Minorías, mayorías, palabras de significación aleatoria cuando se
piensa que nuestros legisladores suelen amanecer oposicionistas y
anochecer ministeriales. Hasta en las minorías de apariencia más
homogénea conviene señalar a los hombres-convicción, a los que
sostienen una idea, para distinguirles de los hombres-polea, de los
que chirrían por no estar lubricados con el aceite de la Caja fiscal.
Los oposicionistas de buena fe, desengañados por la indiferencia de
sus compañeros y aburridos con la insufrible garrulería de los
adversarios, acaban por enmudecer, convenciéndose de que no se
argumenta con masas de ventrales, como no se pega testaradas a un muro
de calicanto ni se da puñetazos a un zurrón de sebo.

En cuanto a las mayorías, no todos sus miembros rayan a la misma
altura, pues mientras unos pocos actúan maliciosamente, sabiendo de
qué se trata y hacia dónde se camina, los demás no conocen el terreno
que pisan ni oyen razón alguna, salvo las venidas del Gobierno y
comunidades en forma de orden conminativa. La masa congresil procede
con los Presidentes como el rucio con Sancho: hace que entiende,
agacha las orejas y trota. El Cardenal de Retz decía que Todas las
grandes asambleas son pueblo. Si viviera entre nosotros, afirmaría que
los congresos del Perú son populacho.

No obstante la sumisión, hubo épocas en que un espíritu de rebelión
parecía inflamar la sangre de senadores y diputados. Los griegos
vivaqueaban en los salones del Poder Ejecutivo, los troyanos acampaban
en los dos locales del Poder Legislativo. Por momentos se esperaba el
choque y la hecatombe; pero nada, ni cadáveres ni heridos. En lo
inminente del agarrón mortífero, en lo que llaman el instante
sicológico, vino la reconciliadora lluvia de oro. Simple chantage.
Algo podrían contarnos Dreyfus y Grace. Regla general: minorías tan
valiosas como las mayorías, pues las unas no abrigaron propósitos
mejores que las otras. Hoy mismo, en oposicionistas y gobiernistas no
vemos luces y tinieblas que batallan por obtener la victoria, sino
tizones que humean en lugares opuestos.

Entonces ¿de qué nos sirven los Congresos? ¿Por qué, en lugar de
discutir la disminución o el aumento de las dietas, no ponen en tela
de juicio la necesidad y conveniencia de suprimirse? ¡Qué han de
hacerlo! Senadurías y diputaciones dejan de ser cargos temporales y
van concluyendo por constituir prebendas inamovibles, feudos
hereditarios, bienes propios de ciertas familias, en determinadas
circunscripciones. Hay hombres que, habiendo ejercido por treinta o
cuarenta años las funciones de representante, legan a sus hijos o
nietos la senaduría o la diputación. No han encontrado la manera de
llevarse las curules al otro mundo. Haciendo el solo papel de amenes o
turiferarios del Gobierno, los honorables resultan carísimos, tanto
por los emolumentos de ley y las propinas extras, como por los favores
y canonjías que merodean para sus ahijados, sus electores y sus
parientes. Comadrejas de bolsas insondables, llevan consigo a toda su
larga parentela de hambrones y desarrapados. En cada miembro del Poder
Legislativo hay un enorme parásito con su innumerable colonia de
subparásitos, una especie de animal colectivo y omnívoro que succiona
los jugos vitales de la Nación.

El actual Ministro de Hacienda declaró ante las Cámaras Legislativas
que "muchas obras públicas de urgente necesidad se aplazaban
indefinidamente, porque el dinero asignado para ellas se invertía en
pagar Congresos ordinarios y extraordinarios". El zurriagazo no
levantó la más leve roncha en la epidermis de los honorables: fue
ovillo de lana, arrojado contra el pellejo de un hipopótamo. El
merecido agravio, lejos de amenguarles el apetito, les enardeció el
hambre, así que alevosamente, en sesión secreta, se adjudicaron la
renta anual de tres mil seiscientos soles. Después, echándola de
sensibles a la indignación general, quisieron volver sobre sus pasos y
hasta darse el lujo de renunciar a las dietas: pura broma (no la
llamaremos bellaquería), pues mientras en el Congreso lanzaban
discursos henchidos de un desinterés sanfranciscano, fuera de]
Parlamento y en amena compañía celebraban con estrepitosas
francachelas el advenimiento de los tres mil seiscientos al año.

Y ¡cuánto bueno podría hacerse con el dinero malgastado en fomentar la
logorrea parlamentaria! La protección al ganado lanar y al vacuno
daría más beneficios que el mantenimiento del régimen representativo.
Nadie negará que un kilo de buena lana o un litro de buena leche, vale
más que el pliego de interpelaciones formuladas por un senador
oposicionista, o que la resma de discursos emitidos por un diputado
ministerial. Decimos logorrea, pues lo que nuestros legisladores
hablan corresponde muy bien a lo que hacen. Como autómatas parlantes o
bombas de arrojar discursos, funcionan tan desastradamente que a
menudo se llevan de encuentro el sentido común y la Gramática.
Desearíamos que algún tenaz rebuscador de papeles volviera y
revolviera el Diario de los Debates, para averiguar cuántas partículas
de oro se esconden bajo esa inconmensurable montaña de cascote y
desperdicios.

II

Volvemos a preguntar ¿de qué nos sirven los Congresos? sirven de
prueba irrefragable para manifestar la incurable tontería de la
muchedumbre, al dejarse dominar por una fracción de gentes maleables,
a medio civilizar y hasta analfabetas, sin la más leve inclinación a
lo bello ni a lo justo, con el solo instinto de husmear por qué lado
vienen los honores y el dinero, o hablando sin mucha delicadeza, la
ración de paja y grano.

A más de tenernos por cerca de medio siglo bajo la Constitución
retrógrada de 1860, los Congresos nos han dictado la Ley de Elecciones
y el Código de Justicia Militar: la primera que pone toda la máquina
electoral en manos del gobierno, es decir, del Presidente; el segundo
que sanciona todas las iniquidades posibles, desde la pena capital
hasta la confiscalización de bienes, y coloca perennemente a la Nación
bajo un régimen que no se disculpa sino en el estado de sitio.

Mas, no sólo el Perú, casi todos los pueblos del orbe civilizado
abrigan la ilusión de que el sistema parlamentario inicia y afianza el
reinado de la libertad. Como un autócrata domina por la fuerza,
valiéndose de genízaros o de cosacos, así un presidente constitucional
puede ejercer tiránicamente el mando, apoyándose en cámaras de
servidores abyectos y mercenarios. Congresos tuvimos en el Perú que
valían tanto como un batallón de genízaros o un regimiento de cosacos.
Venga de un solo individuo, venga de una colectividad, la tiranía es
tiranía.

Los Congresos sucederán a los Congresos pareciéndose los unos a los
otros, legándose sus dos cámaras y su elocuencia, como los camellos se
trasmiten sus jorobas y los cerdos su gruñido. Nuestros legisladores
seguirán legislando, sin averiguar si causan admiración o menosprecio
ni cuidarse de si el país acepta o rechaza las leyes, no pensando sino
en recibir la consigna oficial y captarse la benévola y aprobatoria
sonrisa del gran elector. En lo que muestran honradez relativa o
fidelidad al compromiso: no siendo elegidos de la Nación sino hechuras
del amo, al amo deben servicios y complacencias. Legislen, pues, los
legisladores, hagan y deshagan de nosotros, quiten y pongan leyes,
engorden y medren con su interminable secuela de parientes, electores
y ahijados: Cromwell no se diseña en el horizonte, el pueblo no da
señales de coger el azote y cruzar rostros en que rara vez asomaron el
pudor y la vergüenza.

Más aquí, no sólo el Congreso dicta leyes: legisla todo el mundo, y
como hijos del Imperio Romano, somos legisladores en potencia. Alguien
lo dijo ya: "Aquí legisla la Junta de Vigilancia del Registro de la
Propiedad, legisla la Junta Departamental, legisla el Consejo Superior
de Instrucción, legislan las Cortes y los jueces, legisla a diario el
Gobierno, etc.".

¡Oh manía legiferante de los políticos peruanos! Quieren improvisar
hombres a fuerza de imponer leyes: no hay organismos, y decretan
funciones; no hay ojos, y exigen largavistas; no hay manos, y ordenan
guantes. Quizá no existe candidato a la Presidencia, juez, diputado,
bachiller, amanuense o portero que no archive en la cabeza su
constitución, sus códigos, sus leyes orgánicas, sus decretos ni sus
bandos. Todos guardan la salvación de la patria en algunos rimeros de
papel entintado con algunas varas de proyectos y lucubraciones.
¡Cuánto político por afición atávica venida de su abuelo el conserje o
de su padre el ex-senador suplente! (Cuánto sociólogo por haber oído
el nombre de Comte y saber la existencia de Spencer y Fouillée). Esos
políticos y sociólogos, pretendiendo conducir a las naciones, nos
causan el efecto de un mosquito afanándose por desquiciar a un
planeta. Ocurren ganas de apercollarles y decirles:

-¡Basta de reformas y proyectos, de logomaquias y galimatías! Más de
ochenta años hace que ustedes viven chachareando en las Cámaras,
desbarrando en los ministerios, rastacuereando en las legislaciones y
dragoneando en los puestos de la administración pública. Vayan unos a
carenar buques, otros a barretear minas, otros a mondar legumbres,
otros a bordar casullas, otros a manejar escobas, otros a segar hierba
o quebrantar novillos.

La vergüenza del Perú no está en haber sido arrollado y mutilado por
Chile (¿qué pueblo no ha sufrido mutilaciones ni derrotas?); el
oprobio y la ignominia vienen de seguir soportando el yugo de tanto
orador sin oratoria, de tanto moralizador sin moral, de tanto sabio
sin sabiduría. Sí, ustedes son la carcoma y el deshonor del Perú, oh
barberos y sacamuelas de la Sociología, oh Purgones y Sangredos de la
política, oh charlatanes y confeccionadores de miríficas drogas para
sanar y prevenir todas las enfermedades del cuerpo social.

Cuando transcurran los tiempos, cuando nuevas generaciones divisen las
cosas desde su verdadero punto de mira, las gentes se admirarán de ver
cómo pudo existir nación tan desdichada para servir de juguete a
bufones y criminales tan pequeños.
........................................

*Horas de Lucha, 1906

Lea www.redvoltaire.net

Tuesday, October 30, 2007

La normal estupidez peruana

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
30-10-2007

La normal estupidez peruana

A ningún director de diario, canal o radioemisora parece extrañarle;
tampoco ha expresado su indignación profunda ningún ex canciller,
embajador, activo o pasivo; su rechazo algún líder político o
legiferante de cualquier vertiente –la que fuera, al caso todas son lo
mismo de indiferentes-; miembro de ONG o sucedáneos; sobre cómo La
Tercera de Chile ha publicado expresiones del canciller José García
Belaunde que comportan una clara, inadmisible, torpe y traidora
declaración contra lo preceptuado, pactado con Chile en el Tratado de
Lima y Protocolo Complementario del 3 de junio de 1929.

En efecto, "Según versión de la agencia oficial Andina, el canciller
José García Belaunde dijo lo siguiente: ""Perú no será obstáculo,
siempre y cuando se respeten los derechos que el Perú tiene ahí (....)
Hay unas servidumbres en que Perú tiene derecho", señaló en una
entrevista publicada en el diario La Tercera.......... Si la solución
apunta a entregar soberanía de territorio sobre Arica, en ese caso
Perú debe ser consultado", agregó Belaunde. (sic)".

Más aún: "No ha pasado mucho tiempo desde que el marino Jorge Brousset
tildó de "saludable" la "consulta" chilena al Perú para una hipotética
salida al mar de Bolivia por el norte de Arica. La notable sabiduría
del especialista de marras tumbó de un sólo rebuzno el artículo 1 del
Protocolo Complementario del Tratado de Lima del 3 de junio de 1929
que dice así: "Los Gobiernos del Perú y de Chile no podrán, sin previo
acuerdo entre ellos, ceder a una tercera potencia la totalidad o parte
de los territorios que, en conformidad con el Tratado de esta misma
fecha quedan bajo sus respectivas soberanías, ni podrán sin ese
requisito, construir, a través de ellos, nuevas líneas férreas
internacionales".

La normal estupidez peruana de dejar pasar contrabandos no es nueva.
Así es cómo se permite que la mayor cantidad de despropósitos
constituyan normas y aberraciones que rigen el comportamiento
colectivo del país. ¿Será suficiente "motivo" para ignorar el delicado
asunto, que sea un periodista quien señala la desdorosa claudicación
de un gobierno que no atina a marcar dignos pasos soberanos y
diferenciadores con el país del sur? ¿O es que la idiotez concesiva se
ha instalado congénitamente, por los siglos de los siglos, en el ser
nacional?

Cancillería dejó pasar el estado de cosas con Chile, las fronteras,
convenios y delimitaciones y hoy debemos reparar gruesas fallas de
óptica y capacidad geopolítica de encuadrar los procesos vecinales de
desarrollo conjunto y complementariedad, no subsidiariedad como ocurre
en no pocos casos. Las declaraciones y monsergas por la integración
continental, no consiguen morigerar la profunda carga mediocre que hay
subyacente y fácilmente apreciable cuando son otras las directivas y
provenientes de fuera, las que predominan como grandes avenidas de
trabajo a nivel internacional.

¿Por causa de qué el silencio? No es la primera vez. En 1999, en
noviembre, una pandilla de diplomáticos, intelectuales, militares,
bajo el amparo del gobierno dictatorial de Kenya Fujimori, pactó un
acta supuestamente solucionadora de los temas pendientes desde 1929.
No fue así, se siguió el curso de acción hábilmente impulsado por la
diplomacia chilena que gratificó con una distinción y medalla al
supuesto "negociador" peruano Fabián Novak, traidorzuelo que hoy ocupa
el viceministerio de Defensa (¿de qué país?). ¡Y ningún Congreso se ha
atrevido a convalidar las claudicaciones que se hicieron entonces! Es
más, adrede, y bajo conocimiento de Jorge Valdez, el fujimorista
secretario general de Torre Tagle, se prescindió del mapa de
Remozamiento Portuario de Arica que Leguía negoció con los chilenos en
abril de 1929. ¡Eso hubiera evitado la traición, pero no fue así!

En pleno 2007, con un gobierno democrático que no acierta a entender
que el gobierno socialista de Chile es más chileno que socialista, un
canciller se permite desdibujar lo pactado en el Tratado de 1929 y
concede la posibilidad de una "consulta" al Perú en caso Chile
pretenda otorgar (lo que no puede hacer porque el Tratado así lo
indica claramente cuando preceptúa el "previo acuerdo" entre Perú y
Chile) salida a Bolivia por el norte de Arica. ¡Y aquí todos mantienen
vergonzoso silencio! ¿Tendré que ser el único candil desde mi
tribunita casi clandestina pero persistente en la denuncia diaria? Si
así fuere, son testigos los mártires de la patria y los héroes que ya
tienen a quien culpar de este abyecto rosario de nauseabundas acciones
proditoras.

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

¡Sólo el talento salvará al Perú!

Lea www.redvoltaire.net
hcmujica.blogspot.com
Skype: hmujica

Sale a luz pedofilia en Sodalitium

Sale a luz pedofilia en Sodalitium
por Roberto Valdivia; robertovaldivia77@yahoo.es
30-10-2007

La noticia constituye el corolario de una crónica anunciada. La
cacareada "pureza" de sus consagrados, el nauseabundo olor a
"santidad" de que presumían, la rígida y estricta "metodología de
selección" de sus miembros, la presunta "vocación religiosa" de que
hacían gala, sus largos y meditados procesos de discernimiento en San
Bartolo para consagrar plenamente sus vidas a Dios... no eran más que
una gigantesca farsa.

Daniel Bernardo Beltrán Murguía Ward, el sodálite experto en
informática, es el primer consagrado de esta secta destructiva que es
capturado con las manos en la masa, seduciendo a indefensos niños
pobres, abusando de menores, practicando sexo oral con ellos,
fotografiándolos desnudos.

Se trata del primer sodálite que conoce la opinión pública que vive
buscando el placer sexual en nombre de Dios. Lo que no se conoce aún
es cuánto tiempo ha estado abusando de menores, cuántas son en
realidad sus víctimas, cuáles son los nombres de sus cómplices, como
es que está organizada la red internacional de pedofilia para la que
trabaja y quienes son los encumbrados que la dirigen y que han
protegido al depravado hasta hoy.

Estos son los sujetos a quienes la élite de la sociedad peruana
encarga sus hijos para que sean preparados en los retiros de
confirmación, o que los entrega incautamente a participar en los
Convivios, o los matricula en los exclusivos colegios San Pedro o
Villa Cáritas en La Molina, o que los envía a formarse en el Instituto
del Sur o a ser profesionales en la Univesidad Católica San Pablo del
Sodalitium.

¿Debemos ahora creerles que esta vergonzosa situación, era "hasta
ahora totalmente desconocida" para ellos? ¿Podemos aceptar que estos
abusos los han "sorprendido y golpeado dolorosamente" en su comunidad?
Hay que ser muy incauto para pensar que la ola de pederastía clerical
que ha reventado estruendosamente en todo el mundo en los últimos
cinco años tenía una isla virginal en el Sodalitium.

La misma iglesia católica jamás aceptó la "tolerancia cero" para los
clérigos que caían en la desgracia de ser sorprendidos en sus andanzas
sexuales con menores. Acudió a la caridad cristiana y al perdón para
"rehabilitar" a sus pederastas, cambiarlos de parroquia y finalmente
aplicar la bondadosa "tolerancia uno" que terminó convirtiéndose en
"tolerancia 80" para Nicolás Aguilar en México y "tolerancia 130" para
George Geoghan en Boston.

Lo peor de estas instituciónes religiosas que "cazan niños" no es el
abuso sexual en sí (que de hecho se da en muchos grupos sociales),
sino el encubrimiento de sus abusos sexuales bajo un manto de
sacralidad y divinidad. Es la utilización de Dios para sus fines
orgásmicos; y el ocultamiento de sus crímenes al mejor estilo sectario
y al más puro actuar de las mafias más tenebrosas.

Salíó a la luz el primer victimario sexual del Sodalitium. No es el
más grande. Beltrán Murgía es solamente un pez chico, una lorna
religiosa. Pronto saldrán a la luz, inexorablemente, los peces gordos,
las ballenas religiosas y las vacas sagradas. Y saldán también,
cobrando valor y dignidad, las víctimas que han callado un silencio
fundacional.

Capturaron a sodálite pedófilo en Lima cuando fotografiaba a menor de 11 años
http://www.peru21.com/p21online/Html/2007-10-29/onp2portada0805420.html

Efectivos de la comisaría de Alfonso Ugarte hallaron fotos de otros
dos niños en poder del sujeto. Se investiga su relación con alguna red
internacional de pederastas.

Agentes de la comisaría de Alfonso Ugarte detuvieron a Daniel Bernardo
Beltrán Murguía Ward, alias 'el italiano', en el preciso momento en
que le tomaba fotografías a un menor de 11 años.

Según información llegada a nuestra redacción, el execrable hecho
ocurrió el último sábado en una de las habitaciones del hostal Las
Palmeras, ubicado en el jirón Carabaya 1017, Cercado de Lima.

El niño agraviado señaló a la Policía que conoció al depravado en
Miraflores y que le ofreció figuritas de Pokemón a cambio de dejarse
fotografiar sus partes íntimas. Asimismo, denunció que su agresor le
practicó sexo oral.

Murguía Ward negó las acusaciones. Sin embargo, los agentes del orden
le incautaron una cámara fotográfica y comprobaron que también captó
imágenes de otros dos niños.

El detenido también era conocido como Samuel Bernardo Mujica Brown
-una identidad falsa-, y fue puesto a disposición de la fiscalía de
turno. Se investiga si pertenece a una red internacional de
pornografía infantil.

PERTENECIÓ A SODALICIO. Se supo que Beltrán Murguía perteneció al
Sodalicio de Vida Cristiana, comunidad religiosa que decidió
expulsarlo inmediatamente al tomar conocimiento del execrable hecho.

"Como consecuencia de esta situación, hasta ahora totalmente
desconocida para nosotros, que consideramos completamente inaceptable,
y que ha sorprendido y golpeado dolorosamente a toda nuestra
comunidad, habiendo examinado la seriedad de la denuncia, queremos
comunicar que el Sr. Murguía ha sido inmediatamente expulsado de
nuestra institución", señala un comunicado remitido a los medios de
comunicación.

Según la página de dicha comunidad, el Sodalicio está integrado por
laicos y sacerdotes "que tras un proceso de discernimiento han
reconocido en sus vidas la vocación a consagrarse plenamente a Dios".

Monday, October 29, 2007

¿Rebuzna (también) canciller García Belaunde?

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
29-10-2007

¿Rebuzna (también) canciller García Belaunde?

Según versión de la agencia oficial Andina, el canciller José García
Belaunde dijo lo siguiente: ""Perú no será obstáculo, siempre y cuando
se respeten los derechos que el Perú tiene ahí (....) Hay unas
servidumbres en que Perú tiene derecho", señaló en una entrevista
publicada en el diario La Tercera.......... Si la solución apunta a
entregar soberanía de territorio sobre Arica, en ese caso Perú debe
ser consultado", agregó Belaunde. (sic)".

En setiembre pasado y sobre la misma barbaridad pronunciada
irresponsablemente por un sujeto que se hace pasar como lumbrera en
temas de límites, escribí en El burro especialista:

"No ha pasado mucho tiempo desde que el marino Jorge Brousset tildó de
"saludable" la "consulta" chilena al Perú para una hipotética salida
al mar de Bolivia por el norte de Arica. La notable sabiduría del
especialista de marras tumbó de un sólo rebuzno el artículo 1 del
Protocolo Complementario del Tratado de Lima del 3 de junio de 1929
que dice así: "Los Gobiernos del Perú y de Chile no podrán, sin previo
acuerdo entre ellos, ceder a una tercera potencia la totalidad o parte
de los territorios que, en conformidad con el Tratado de esta misma
fecha quedan bajo sus respectivas soberanías, ni podrán sin ese
requisito, construir, a través de ellos, nuevas líneas férreas
internacionales".

Lo dicho, aparentemente, sin corrección oficial de ninguna especie
hasta el momento por Perú, por el canciller José García Belaunde peca
no sólo de inexacto, violador de un tratado internacional, el de Lima
del 3 de junio de 1929, sino que da idea de cuan peligrosa es la
ignorancia criminal de que están investidos quienes dicen que
defenderán al Perú, su política externa y su invariable apego al
cumplimiento de los convenios internacionales. Sostener, como lo
habría hecho el titular de Relaciones Exteriores, que hay lugar, en
cualquier entendimiento bilateral entre Chile y Bolivia en cuanto a
Arica se refiere, a una consulta con Perú, es simplemente ¡traición!

Chile y Bolivia pueden conversar, pactar, dirimir, simpatizar, cuanto
mejor les convenga. Es un tema bilateral, válido y saludable. Cuando
se refiere cualquier tema a Arica entonces Chile tendrá que ponerse de
acuerdo, también de modo bilateral, cerrada y estrictamente entre Perú
y este país para ¡cualquier cosa! Al margen, absoluta y
categóricamente de los acuerdos a que arribe con otra potencia, Chile.
¡Ese es un tema ajeno, pero sobre Arica tendrán que celebrarse
acuerdos previos! Ni Perú impone a Chile como Chile al Perú
¡absolutamente nada! Sin tercerías o intromisiones que el Tratado no
prevé porque se circunscribe ¡clara y terminantemente a los dos
países, Perú y Chile!

Para la multitud de comediantes aficionados a la geopolítica que
confunden bisectriz con línea equidistante; que piden en restaurantes
platos de límites con papa frita; o que no entienden la clarísima
semántica enunciativa de previo acuerdo y consulta, su diferencia y
significados absolutamente privativos, lo que habría dicho el
canciller García Belaunde no reviste mayor significado. Es obvio que
la ignorancia no distingue porque sus nulas luces impiden dar sino
pasos de ciego. Y ocurre que la orfandad de fanales es una de las
premisas fundamentales para volver a caminar avenidas de fracasos
vergonzantes y también para transitar tortuosas y fétidas acequias de
traiciones a la patria.

No cabe minimizar sino aclarar lo dicho a La Tercera de Chile.
¡Precisamente, la concesión gratuita, la claudicación aleve de la
soberanía nacional también se verifica en esta clase de expresiones
frívolas, inexactas y absolutamente contrarias a los sagrados
intereses del Perú! ¿Asistiremos, en las próximas horas al desmentido
tajante del canciller y la aclaración del embajador Otero en Chile? Y
si no es así ¿para qué les paga el Perú? Puede ser incómodo, sin
embargo hay que preguntar con severidad ¿rebuzna (también) canciller
García Belaunde?

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

¡Sólo el talento salvará al Perú!

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Friday, October 26, 2007

¿Y el analfabeto de arriba?

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
26-10-2007

¿Y el analfabeto de arriba?

Anunció el presidente García que en los próximos meses, medio millón
de iletrados dejaría de serlo merced al impulso de un plan ideado por
su gobierno. Interesante pero común oferta a que apelan todos los
mandatarios. Está bien. Pero ¿qué hacemos con los otros analfabetos,
esos dañinos, cancerosos, letales y grandilocuentes cretinos que
abundan en la cosa pública, burocrática y política del Perú? ¿Y los
analfabetos de arriba?

¿Cómo reconocer a un analfabeto de arriba? ¡Nada más fácil! Es el
idiota que solicitado en declaración periodística, no tiene más
original idea que "pedir un paso al costado" de éste o de aquél.

El analfabeto de arriba es incontinente, sólo que esta disfunción no
la muestra como el resto en forma discreta o recatada. No. El de
marras es exhibicionista, goza en la ridícula exposición de su figura
informe y no cesa de ataviarse con los mejores trapos, olvidando que
aunque la mona se vista de seda, mona se queda. ¿Cuántos politicantes
dan sus conferencias o declaraciones a diario? Toneladas de palabras,
gramos de virtud y estupidez a granel.

En todo el enfermo cuerpo social del Perú, el analfabeto de arriba es
un profesor suma cum laude. Se atiborra la boca de los términos:
espacio, mesa de concertación, consenso, contrato social, pero su
interés reside fundamentalmente en el vulgarísimo costo-beneficio de
cada actividad. ¿Cuánta prensa consigo con decir tal o cual cosa? es
parte de su sesuda reflexión diaria. Entendido es que nada de cuanto
profiera se acerca, ni de broma, a más allá que un mugido, un berreo,
una acción inercial de sus desmadejadas e informes naturalezas. Es un
infeliz de saco y corbata o traje o falda que dice interpretar la
voluntad ciudadana y en realidad no hace sino envilecerla. Más aún.

Si usted pide al analfabeto de arriba credenciales académicas, le
sacará diplomas de cientos de seminarios, talleres, monsergas por el
estilo, a la que fueron inscritos para que figuren en registros, pero
¡eso sí! nunca deja de recabar el certificado. Con eso puede pedir o
exigir más dólares. Lo usual y cotidiano es que concurran, a estos
saraos disfrazados de cultura política, los asesores, rara vez, menos
tullidos que sus jefes ocasionales a quienes no importa nada salvo el
cartoncito. El analfabeto de arriba es aliado de cualquier gobierno y
practica la fea costumbre de colocar amigotes, amantes, queridos o
queridas en las reparticiones del Congreso, de los ministerios, del
gobierno ¡de cualquier cosa!

Un importante político hoy olvidado en sus enseñanzas de vida y citado
mercantilmente para cohonestar cualquier sacrilegio contra lo que él
pensó, Víctor Raúl Haya de la Torre, solía aludir a los analfabetos de
arriba porque, decía, eran los más peligrosos, audaces,
desvergonzados. En efecto, los capos de la media lengua, los buhoneros
de sebo de culebra y que hoy en su partido político fungen de
"voceros", son capaces de justificar las más aberrantes truculencias
con la poca envidiable ambición de no parecer algo más tarados que al
nacer. ¡De esos abominaba Haya cuando hablaba de los analfabetos de
arriba!

En este país en que las lamentables ¡pero privadísimas! separaciones o
divorcios de profesionales de la actuación, ocupan primeras planas, en
que pandillas de delincuentes intelectuales se roban literalmente (con
muchos dólares de sueldo, ciertamente) la fe del pueblo y que empresas
transnacionales y sus esbirros criollos, practican la viejísima,
secular e imperturbable política del cholo barato y el azúcar, gas o
energía caros, los analfabetos de arriba, han llegado a momentos
estelares de su oprobiosa existencia. No hay sino que dar un paso y
entonces se los encuentra en todas partes. Cualquiera es un señor, lo
mismo un burro que un gran profesor. De cada diez, la estadística
regala el aterrador cuadro de 7 con tendencia a 8, poblado por esta
clase de especímenes. Si hay algo notable, al lado de su zafiedad
zoológica, es que provienen de canteras multipartidarias y mezcladas
en lodo y verguenza. Es decir, en los fondos abisales, de repente, sí
es posible llevar a cabo la anhelada "unión nacional". ¡Qué desmadre!

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

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Thursday, October 25, 2007

Las contradicciones insalvables del veleidoso caudillo Simón Bolívar II

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
25-10-2007

Las contradicciones insalvables del veleidoso caudillo Simón Bolívar II
por Félix C. Calderón

Uno de los problemas inherentes a la historiografía es el
"presentismo"; esto es, siguiendo al filósofo de la historia Herbert
Butterfield, el enorme riesgo de hacer historia sin dejar del todo el
presente o de hacerlo en función de éste, lo que puede llevar a
construir "una gigantesca ilusión óptica." En efecto, es frecuente la
tentación de yuxtaponer los planos sincrónico y diacrónico en el
análisis de determinados acontecimientos dados en el pasado, o de
interpolar, sin solución de continuidad, juicios de valor basados en
estructuras conceptual y valorativa de otras épocas, de donde resulta
un producto historiográfico que es una reinterpretación actualizada
del pasado o su adulteración descomunal. ¿Qué hacer entonces?

Quien esto escribe ha procurado, dentro de lo posible, sustraerse al
"presentismo" tomando como marco de referencia temporal las propias
cartas de Simón Bolívar o de sus corresponsales (Sucre y Santander,
entre otros). Y para reforzar esa percepción sincrónica de los
acontecimientos en acción ha recurrido, complementariamente, a los
testimonios dejados por algunos observadores calificados, testimonios
por lo general coetáneos con los acontecimientos. Dicho en otras
palabras, la metodología seguida ha sido la de evitar la mirada
retrospectiva y, más bien, procurar descodificar sobre una base
documental las intenciones subyacentes a los discursos o decisiones
como una forma de desentrañar la verdad histórica. Un ejemplo puntual
en el empleo de esta metodología lo encontramos si se contrasta lo
escrito por Sucre a Bolívar en su carta de 4 de abril de 1825 ("Mil
veces he pedido a V. instrucciones respecto del Alto Perú y se me han
negado, dejándome en abandono") con lo que, finalmente, le confesó en
otra carta, de fecha 6 de junio de ese año: "porque he dicho y he
repetido que V. no me dio instrucciones al entrar en ellas. V. me
previno en dos cartas que siempre dijese esto; y como fue así lo
cumplo exactamente." Vale decir, el argumento repetido varias veces
por Sucre durante el crucial período que va de febrero a mayo de 1825
en cuanto a que no había recibido instrucciones para precipitar la
independencia del Alto Perú, resultó ser por su propia confesión pura
simulación para proteger a su jefe en caso de que las cosas salieran
mal. Y como para Bolívar lo "más seguro" era dudar, se tomó el
trabajo de instruirle sobre el particular a su lugarteniente en "dos
cartas" que, por supuesto, no se conocen.

Bolívar tuvo una relación muy peculiar con el Perú. Fue sincero en la
admiración que le suscitó su pasado milenario; pero, al mismo tiempo,
fue incongruente entre lo que declaraba perseguir y lo que realmente
hacía del Perú. Solo se darán en esta oportunidad tres ejemplos en
prueba de esa difícil relación que, es de suponer, desencadenó en el
inconsciente de este osado caudillo militar un desencuentro
insuperable entre Eros y Tanatos, proclive como fue desde joven a
convivir con amores culpables.

Siempre ha sido objeto de cuestionamiento la decisión que tomó
Bolívar en el primer semestre de 1825 de desplazar tropas peruanas al
Istmo de Panamá y Venezuela. ¿Por qué en vez de entrenar y consolidar
un ejército profesional para el nuevo Estado peruano, optó en sentido
contrario por desarticularlo y exiliarlo? En una carta dirigida a
Santander, el 18 de febrero de 1825, el veleidoso guerrero elaboró una
explicación que fue de inmediato confirmada por los hechos. Veamos,
primero, el fragmento de esa carta:

"Así, pues, yo creo que nosotros debemos imitar a la Santa Alianza
(sic) en todo lo que es relativo a seguridad política. La diferencia
no debe ser otra que la de los principios de justicia. En Europa todo
se hace por la tiranía, acá es por la libertad (sic) (…). Los
ejércitos de ocupación de Europa, es una invención moderna y hábil
(sic). Conserva la independencia de las naciones, y el orden que se
establece en ellas, y al mismo tiempo evita esa necesidad de
conquistar para impedir la guerra. Por lo mismo (sic) nosotros debemos
tener este ejército nuestro en el alto y bajo Perú (sic), hasta la
reunión de los Estados que deben decidir del modo y medio de mantener
su tranquilidad entre los confederados (sic)." (Archivo Santander.-
Tomo XII).

Reténgase esto: "Los ejércitos de ocupación (...). es una invención
moderna y hábil (...). Por lo mismo nosotros debemos tener este
ejército nuestro en el alto y bajo Perú (sic), hasta la reunión de los
Estados (...)." Lenguaje críptico que es coincidente con otro más
explícito formulado a este respecto un año más tarde por el Cónsul de
Estados Unidos en Lima, William Tudor, en una comunicación que el 23
de febrero dirigió al Departamento de Estado:

"Continúa enviándose tropas a sotavento, algunas a Guayaquil y otras a
Panamá. Parte de esas tropas son peruanas en cambio de las colombianas
que permanecen aquí, medida política no diferente de la que se tomó
algunos años después del canje de milicia inglesa e irlandesa (sic)."
(William R. Manning: Correspondencia Diplomática de los Estados Unidos
concerniente a la Independencia de las Naciones Latinoamericanas (Tomo
III.- Librería y Editorial "La Facultad" de Juan Roldán y Cia.-Buenos
Aires, 1932).

Dicho de otra manera, el plan de forzar la separación del Alto Perú so
pretexto de liberarlo y a partir de allí configurar una federación de
mayor envergadura en la que el Perú desaparecía como Estado
independiente, estuvo acompañado de otro destinado a ocuparlo
militarmente, debilitar toda resistencia y, así someterlo a través de
un fantasmal Consejo de Gobierno. No es de extrañar, por tanto, el
palurdo comentario que el mismo Bolívar le hiciera en otra carta a
Santander, meses más tarde, el 20 de mayo de 1825, camino al Alto
Perú:

"Aquí he visto la división de Lara que tiene 3.500 hombres en el pie
más brillante del mundo; lo mismo dicen que está la de Córdoba. Estas
tropas está muy bien vestidas, pagadas y alimentadas; la división de
Colombia ha costado más de medio millón en tres meses, y quien sabe si
mucho más. Solo aquí se ha gastado más de 400.000 duros. Así es que
todo el ejército de Colombia bien puede haber costado un millón de
pesos en los meses de este año (sic), sin contar las raciones que casi
todas las ha dado el pueblo (sic). Bien lo merece este bello ejército,
y yo espero dos millones de pesos de Inglaterra para completar su paga
sin dejar nada de atrasados." (Cartas Santander-Bolívar 1823-1825.-
Tomo IV).

Por supuesto, esos millones de pesos debía pagarlos el Perú y para
nada en su beneficio. Tan cierto es esto que Santander en una carta
cursada a Bolívar, de fecha 6 de noviembre de 1825, le hizo el
siguiente comentario:

"Vuelvo a decir a U. que me alegro que se queden por allá 4 o 5,000
colombianos y que sea Córdoba uno de los jefes que se queden. Aquí no
tenemos con qué mantenerlos (sic), y quedándose allá logramos dos
objetos: uno conservar esa hermosa fuerza para cualquier ocurrencia
sin que nos cueste un real (sic), y otro, dar este famoso auxilio al
Perú para que se consoliden sus instituciones y se salve el país de la
anarquía (sic)." (Archivo Santander.- Tomo XIII).

¿Auxilio al Perú? ¿Para qué? ¿Quién lo solicitó? Pero, sigamos con
este ejercicio de contrastar cartas entre las numerosas que existen.
El 2 de setiembre de 1825, Bolívar instruyó a su subordinado, el
general Bartolomé Salom, esta vez desde La Paz, como sigue:

"Acabo de escribir al presidente del Consejo de Gobierno (Hipólito
Unánue), largamente sobre todos los negocios del día; suplico a Ud.
que lo vea y se informe (sic) con él de todo (sic). Lo que más me
importa en el día, es no desprendernos de nuestros colombianos (sic),
absolutamente; y sin embargo, debo mandar á Colombia tres mil hombres
para que mantengan el orden en Venezuela. Con esta mira, deseo que
Ud., luego que tome el Callao, levante un batallón con este nombre del
Callao(...): toda la tropa será del Perú (...)." (Daniel O'Leary: Op.
cit.- Tomo 30).

El problema adicional reside en que esos desplazamientos interesados
de la tropa peruana hacia el norte se hicieron dentro del marco de un
manejo arbitrario de la finanzas del débil Estado peruano, como lo
prueba el párrafo consignado en un oficio remitido por el obediente
José María de Pando al plenipotenciario peruano Ortiz de Zevallos, de
fecha 3 de diciembre de 1826:

"(...) El Ministerio no conserva ningunos documentos (...). Lo único
que se encuentra es la constancia de una letra jirada (sic) contra la
casa de Robersont en Buenos Ayres (sic) por Don Guillermo Cochrane,
importante doscientos cincuenta mil, quinientos ochenta y nueve pesos
siete reales que esta República puso á disposición de S. E. el
Libertador (sic), quien no se ha servido hasta hoy decir su inversión
(sic)." (Carlos Ortiz de Zevallos: Op. cit.).

Con el agravante que al momento de enviarse ese oficio a Chuquisaca,
hacía más de dos meses que Bolívar había dejado para siempre el Perú
rumbo a Bogotá. Por eso, no le faltó razón al Cónsul Tudor cuando en
otra comunicación remitida a Washington, el 24 de agosto de 1826,
consignó el siguiente comentario referido a Bolívar, por lo demás
justificado histórica y documentadamente en todos sus extremos:

"Desde el primer momento de su llegada al Perú, su objeto consistió en
humillar el ejército peruano; y tan pronto como la guerra fue
terminada en Ayacucho, lo arrojó del país o lo distribuyó en pequeños
destacamentos para que sus jefes no tuvieran apoyo ni las tropas
jefes. Su disimulado horror por la dictadura, su despreciativa
negativa a recibir los millones que se le ofrecieron, su declaración
de que no se apoderaría de un grano de arena del Perú, todo contribuyó
a engañar al mundo mientras se preparaba para hacerse dueño del país y
formar con la América del Sur un imperio. (…) El egoísmo de Bolívar,
al igual que el de su modelo (Napoleón) inflamado por los triunfos, le
hacen mirar a los hombres como piezas de ajedrez que pueden ser
movidas según se quiera en el juego de su engrandecimiento. Si el fin
justifica los medios, rara vez se presentará una tarea más ardua."
(William R. Manning: Op. cit.).

De sumo interés la sarcástica alusión de Tudor a la declaración de
Bolívar de no apoderarse de "un grano de arena del Perú", porque en la
práctica su intención fue exactamente la opuesta, inclusive antes de
pisar tierra peruana. En una carta enviada a Santander el 29 de julio
de 1822, inmediatamente después de su entrevista con esa sombra de
guerrero que fue, en el Perú, San Martín (nunca libró personalmente
batalla alguna y dejó que se le usurpe al Perú el puerto de
Guayaquil), el ambicioso caudillo militar señaló lo siguiente:

"A fines de este mes pienso pasar a Cuenca y Loja volviendo aquí por
Túmbez para examinar nuestra frontera (sic). (…) Tenga Ud. entendido
que el corregimiento de Jaén lo han ocupado los del Perú, y que Maynas
pertenece al Perú por una real orden muy moderna (sic); que también
está ocupada por fuerzas del Perú. Siempre tendremos que dejar a Jaen
por Maynas (sic) y adelantar si es posible nuestros límites de la
costa más allá de Túmbez (sic). Yo me informaré de todo en el viaje
que voy a hacer y daré parte al gobierno de mi opinión." (Vicente
Lecuna.- Op. cit.- Tomo III).

Luego vino la pomposa promesa en Trujillo, en marzo de 1824, que se
lee como sigue: "Peruanos: el campo de batalla que sea testigo del
valor de nuestros soldados, del triunfo de vuestra libertad; ese campo
afortunado me verá arrojar de la mano la palma de la dictadura y de
allí me volveré a Colombia (sic) con mis hermanos de armas 'sin tomar
un grano de arena del Perú (sic),' dejando la libertad." (Nicolás
Rebaza: Anales del Departamento de la Libertad en la guerra de la
independencia).

Empero, el 17 de febrero de 1825, siempre como jefe supremo del Perú,
y apenas siete días después de haber arrancado del Congreso peruano,
con mohines y desplantes, la denominación de "libertador", por no
considerar apropiada la de dictador, Bolívar remitió a José Rafael
Revenga que se desempeñaba como Secretario de Estado en Bogotá, en
reemplazo de Pedro Gual que hacía de las suyas en el Istmo de Panamá
para desesperación del patriota peruano Manuel Lorenzo de Vidaurre,
las siguientes líneas, entre otras:

"Aquí han convocado para el congreso constitucional a los diputados de
las provincias de Jaén, Bracamoros y de Mainas, reclamadas mucho
tiempo ha, como pertenecientes a Colombia (sic). Yo he dicho a Armero
esta ocurrencia, y creo que ustedes le ordenarán a nuestro (sic)
plenipotenciario en esta república, que introduzca el reclamo en forma
hasta obtener su restitución a Colombia (sic)." (Vicente Lecuna: Op.
cit.).

No hay que olvidar que por esos mismos días venía, también, forzando
con ayuda de Sucre la independencia del Alto Perú. Ergo, no sorprende
que un año más tarde, el Perú haya quedado expuesto a un nuevo recorte
territorial. En la comunicación que le remitiera el 30 de mayo de 1826
a Santander, el dictador de facto se sacó la careta en cuanto a sus
pretensiones:

"Gual me ha escrito de Panamá, y toda su carta se reduce a hablarme
sobre la necesidad en que estamos de apresurar la negociación de
límites entre el Perú y Colombia; él es de opinión que por tal de que
se consiga este tratado dejásemos la provincia de Loja del lado
peruano. Yo he contestado (sic) que no soy de este parecer (sic), ni
que debemos perder a Mojos ni Bracamoros, cuando estas provincias
deben quedarnos porque nos pertenecen (sic) y no son desiertos como
los del Marañón. Le digo que de Jaen al Marañón se puede tirar una
línea y este río puede servirnos de límites entre los dos desiertos
(sic); los antiguos límites de las provincias de Quito y los peruanos
deberán servirnos de frontera (sic). Creo, pues, que Colombia podría
autorizar a Heres para que entablase esta negociación sobre esta base,
que puede y aun debe ser aceptada, siendo esto lo que verdaderamente
conviene a ambos (sic). Yo no dudo que Heres logre un buen efecto en
su misión, porque, además de la justicia del reclamo, la amistad que
tiene con el general Santa Cruz, que va a ser el presidente del
Consejo de Gobierno, le facilitará los medios de obtener el buen
resultado que desea Gual sin sacrificar nuestros intereses (sic)
perdiendo a Loja. Además para perder siempre hay tiempo y mucho menos
cuando esta pérdida es inexcusable." (Vicente Lecuna: Ibid.).

"Sin sacrificar nuestros intereses" es lo que puso en negro sobre
blanco Bolívar en aquella oportunidad, con tal de no perder, porque
para esto siempre había tiempo. Y quería que la negociación fuera
encargada a sus subordinados Tomás de Heres (a quien Tomás Cipriano de
Mosquera le atribuyó la autoría del envenenamiento del prócer Sánchez
Carrión) y al agradecido y "más despreocupado" Santa Cruz. Es decir,
seguía actuando sin ningún escrúpulo en perjuicio del Perú, pese a ser
su jefe supremo. Por consiguiente, hay razón para preguntarse ¿en
manos de quien había caído el Perú?

En fin, entre abril y junio de 1826, Bolívar perpetró en el Perú un
auto-golpe que se tradujo en el cierre del Congreso peruano y en la
debelación a sangre y fuego de la revuelta del valeroso regimiento
Húsares de Junín contra la ocupación colombiana. Sin embargo,
precisamente el 10 de febrero de 1825, no tuvo empacho en proclamar su
adhesión a principios situados en las antípodas de esa medida de
fuerza, reafirmando su respeto a la soberanía del Estado que lo acogía
en términos inequívocos:
"Yo soy un extranjero; he venido a auxiliar como guerrero, y no á
mandar como político. (...). Pero si yo aceptase su mando el Perú
vendría á ser una nación parásita ligada hacia Colombia (...). Yo no
puedo, señores, admitir un poder que repugna mi conciencia (sic).
Tampoco los Legisladores pueden conceder una autoridad que el pueblo
les ha confiado solo para representar su soberanía. Las generaciones
futuras del Perú os cargarían de execración: vosotros no tenéis
facultad de librar un derecho de que no estáis investidos. No siendo
la soberanía del pueblo enagenable (sic), apenas puede ser
representada por aquellos que son los órganos de su voluntad; mas un
forastero, señores, no puede ser el órgano de la Representación
Nacional. Es un intruso en esta naciente República." (Declaración de
Bolívar ante el Congreso peruano en Daniel O'Leary: Memorias.- Tomo
23).

Bellas palabras que suscitan la siguiente pregunta: ¿Por qué encabezó
el auto-golpe en abril de 1826? Para su pesar, los nuevos diputados
peruanos consideraron que había llegado el momento de ponerle límites
constitucionales a ese ejercicio solitario e ilimitado del poder, todo
lo cual echaba por tierra sus planes federativos a expensas del Perú.
Veamos cómo Bolívar dio cuenta, el 7 de mayo de 1826, en una carta
remitida a Santander, de lo ocurrido durante el mes de abril:

"Estos días hemos estado aquí un poco agitados con motivo de la
reunión del primer congreso constitucional, porque los diputados de
Arequipa (...) han querido que este congreso fuese constituyente y no
constitucional como debe ser. La cuestión la suscitaron en una junta
preparatoria, y muchos diputados de otras provincias los siguieron,
unos por equivocación y otros por seducción (sic). El consejo de
gobierno sostenía la constitución por mi consejo (sic), y como yo iba
a ser desairado (sic) junto con mis delegados (...), repetí
decididamente lo que digo todos los días: que me iba (en cursivas en
el original). Esta palabra causó un alboroto inmenso. (...) Yo soy
blando de corazón a los ruegos de las personas que me aman (...). Es
inútil decir que este incidente decidió de la cuestión en la junta
preparatoria (...). El motivo principal de todo esto es que un tal
Luna Pizarro, un cleriguito como el doctor Pérez, ha querido que la
constitución se varíe, o más bien que él pueda disponer de todo a su
antojo." (carta de Bolívar a Santander de 7 de mayo de 1826 en Vicente
Lecuna: Op. cit.).

Empero, en la carta que envió a su muy servicial prefecto de Arequipa,
Antonio Gutiérrez de la Fuente, el 6 de abril de 1826, fue más
directo:

"!Que malditos diputados ha mandado Arequipa! Si fuera posible
cambiarlos, sería la mejor cosa del mundo (...). Yo creo que Arequipa
tendrá que reunir de nuevo sus Asambleas (sic) (...). Yo le aseguro a
más (sic) que con ellos no se puede hacer nada bueno (sic): quieren
destruirlo todo a su modo. (...)." (Vicente Lecuna: Op. cit.).

Y lo irónico en todo esto es que esos diputados con Luna Pizarro a la
cabeza, entre muchos otros, no se oponían a que el caudillo militar
fuera elegido presidente, tan solo exigían el retiro de las fuerzas de
ocupación. Tan serio fue el malestar que imperaba en el sector
patriota del Perú que tras la revuelta del regimiento Húsares de
Junín, Bolívar puso en marcha una cruenta represión en Lima, Junín y
Ayacucho, llegándose a tomar prisionero, entre decenas de peruanos, al
general Necochea (uno de los artífices del triunfo en Junín en 1824 a
causa del temprano y temerario repliegue del alocado caraqueño que
daba por cierta la derrota de los patriotas).

Casi nadie recuerda hoy en el Perú al valiente peruano Pedro José
Rivas quien en abril de 1826 interceptó las cartas que Bolívar remitía
a su lugarteniente Sucre, tomando así conocimiento de esa gran
conspiración contra el Perú. Suponemos que Juan Pardo de Zela, el
obsecuente oficial que en nombre del dictador ejecutó al valiente
Rivas, ha dejado en algún lugar el testimonio escrito de su conducta.

En todo caso, quien esto escribe considera pertinente concluir este
sumario enjuiciamiento de la conducta de Bolívar en el Perú con los
comentarios que uno de sus contemporáneos, el Cónsul William Tudor,
alcanzara al Departamento de Estado, el 27 de mayo de 1826, respecto a
la pobre opinión que le merecía:

"La profunda hipocresía del General Bolívar ha engañado hasta ahora
al mundo, (...). Con la violenta disolución del Congreso, la máscara
ha desaparecido enteramente y el mundo verá con indignación o con
malicioso deleite que el que ocupaba la atención de los políticos de
todos los países y para quien, por una afortunada combinación de
circunstancias, la suerte había preparado los medios para trasmitirle
a la historia una de las más nobles reputaciones que pudiera
registrar, puede ser derrocado como uno de los más rastreros
usurpadores militares (sic), lleno de toda la execración de sus
contemporáneos por las calamidades que su conducta les acarrea. (...).
Si hubiese habido miras honradas con respecto al Perú para tener a La
Mar como Presidente y si los hombres de talento que el Congreso
encerraba hubiesen procedido debidamente, el Perú habría marchado con
éxito hasta que nuevos hombres capaces de penetrar en los diversos
ramos de la administración se hubiesen formado y desarrollado (sic).
Pero la costumbre de los tiranos y de sus alcahuetes (sic) consiste en
calumniar al pueblo como una excusa para esclavizarlo, tal como el boa
cubre un animal con su babaza para poder tragárselo (sic)." (William
R. Manning: Op. cit.)

Entre esos "alcahuetes" a los que se refería el Cónsul Tudor se
encontraba la cohorte de turiferarios, cortesanos o aprovechados,
figurando en primera fila Hipólito Unánue, José María de Pando,
Larrea, Pedemonte, Gutiérrez de la Fuente, y decenas de otros.

Otros de sus contemporáneos, el estudioso francés Benjamín Constant,
no se quedó atrás en sus acerbas críticas. Veamos un fragmento de la
furibunda filípica que publicó en el Courrier Français de París, en
enero de 1829:

"Nosotros vemos à Bolívar comenzar su carrera por libertar à Colombia,
y bajo este aspecto yo he aplaudido con toda mi alma sus esfuerzos y
suceso. Lo vemos frecuentemente en medio de sus triunfos y en el seno
del poder, manifestar deseos de renunciar a la autoridad. No dudaba
entonces de su sinceridad, y a pesar de que las ofertas de abdicación,
los homenajes à la soberanía del pueblo, el anhelo por la vida
privada, son el formulario preciso de todos los usurpadores (en
cursivas en el original), yo he querido por mucho tiempo hacer de
Bolívar una excepción honrosa. El continúa su marcha, liberta el Perú,
y le admiro todavía; pero da à la nación que ha libertado
instituciones que desagradan à una gran parte de esta nación: apellida
tramas y conspiraciones la resistencia à las instituciones que ha
impuesto: rehúsa à las súplicas mas movedoras el perdón de los que han
resistido: hace correr sobre una tierra que no es la suya la sangre de
sus naturales (en cursiva en el original). Conduce fuera de su patria
à los hombres que se habían cubierto de gloria bajo los estandartes de
la independencia, y la suerte de estos hombres aún permanece envuelta
en sombras siniestras: y aquí nacen mis desconfianzas. Crecen cuando
Bolívar aprovechándose de la desmembración de algunas provincias, les
da una Constitución muy defectuosa, muy poco conforme con la libertad
verdadera. Con todo esto puede ser solo un error. El guerrero puede
cegarse acerca de los numerosos defectos de su modelo de Constitución.
(...) ¿Pero esta otra causa no será la secreta inteligencia del
libertador que quiere ser amo, y del pretendido rebelde que le
suministra la ocasión plausible de cumplir sus designios? (…). Esta
afectación de respeto por un pueblo que se tiene debajo del yugo, es
el artificio que usan cuantos aspiran a la tiranía. Ellos ofrecen
siempre dejar el poder, pero esta oferta humilde en apariencia está
acompañada de un alarde de fuerzas que prescribe al pueblo que la
rehúse, y los usurpadores condenados al poder a pesar suyo, quieren
ser al mismo tiempo obedecidos como señores, y compadecidos como
víctimas de su consagración (…) además, la tiranía no está en el uso,
sino en el derecho que se arroga. (…)."