Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
13-2-2017
Perú presa apetecible
desde el sur y desde el este
El 2011, durante el gobierno de Alan García Pérez, su
ministro de Transportes, Enrique Cornejo Ramírez y su resolución ministerial ad
hoc, con el silencio inexplicable y proditor de José Antonio García Belaunde y Gonzalo
Gutiérrez, canciller y vicecanciller respectivamente, Perú obsequió la
soberanía aérea de la Nación a Lan Chile.
Recordemos que en infame declaración el ex presidente García
Pérez había advertido que no era conveniente molestar a los sureños.
Gutiérrez fue luego canciller en otro gobierno. Y García
Belaunde y el mismo Gutiérrez han sido designados por la administración de
Kuczynski, como embajadores en España y Bélgica. O sea ¡han sido premiados!
Teniendo Lan Chile el cuasi monopolio de los cielos
peruanos, gracias al goce de ilegales segmentos de quinta libertad sin NINGUNA reciprocidad con Perú, domina
el manejo de miles de millones de dólares que ingresan a la caja de la empresa
de Sebastián Piñera quien puede volver a ser presidente.
¿Es ajena La Moneda a un plan geopolítico de conquista
comercial, financiera, mediática del Perú? Me temo que la respuesta es
inequívoca: ¡de ninguna manera!
¿Qué hacen nuestros políticos y principales medios de
prensa? Obnubilados por descubrir dónde está Alejandro Toledo quien, de una
forma u otra, tendrá que rendir cuentas de los delitos de que está acusado.
Cuanto más se carguen las tintas contra el ex jefe de Estado, más se difuminan
los tremendos crímenes de otros ex presidentes de quienes hay sospechas de
enjuagues vergonzosos y no menos delictivos.
Es obvio que nuestros hombres de Estado forman parte de un
clown-Estado que busca en la diversión morbosa del detalle nimio, el circo a
que tiene acostumbrado a un pueblo cuasi cegado y, por tanto, despojado de la
capacidad de leer las sutilezas descaradas con que los poderes se hacen de las
llaves maestras y pudren cualquier país.
El escándalo Odebrecht, sus coimas, estafas, cohechos y
licenciosas artes, tienen a muy mal traer a no pocos rateros que hoy quieren
pasar como bobos que no supieron qué estaban haciendo y qué negocios sucios
alentaron con plena contabilidad de los cientos de millones de dólares que iban
a embolsicarse. El papelón indigno que protagoniza Graña y Montero es un caso
patético que merece el exhaustivo examen judicial, penal y los castigos que
correspondan a los cómplices criollos de Odebrecht.
Si las empresas brasileras escogieron Perú para sus
fechorías con departamentos científicos en el reparto de las coimas, es porque
encontraron el ambiente formidable y muelle para hacerlo. Autoridades ciegas y
sordas, burócratas aceitables al 100%, economistas proclives a firmar cualquier
adenda y parlamentarios y gobernantes como diplomáticos habilísimos para decir
sí con tal que se avituallasen sus alforjas con verdes dólares.
¿Cómo se le pasó a la Cancillería del Perú lo que se venía,
con las prácticas de las empresas brasileras en Perú y con embajada y empleados
en Brasil, bien pagados? Hasta hoy, que se sepa, no hay testimonio de advertencias
ni análisis que anticiparan lo que ha ocurrido como dinamita en coliseo regado
por gasolina de alto octanaje. Tres administraciones presidenciales: Toledo,
García y Humala –y antes Fujimori- han sido escenario en que el cáncer de la
corrupción sentó sus reales e insultó al pueblo coimeando y estafando, robando
el dinero de la sociedad con sobreprecios al 200, 300 ó 400%.
¿Es ajena Itamaraty a esta especie de misión empresarial en
Perú con tantos miles de millones de dólares para corromper a todos y,
literalmente, meterse al bolsillo, presidentes, parlamentarios, ministros,
burócratas, embajadores, cónsules? Me temo que es una respuesta pendiente y que
hay que darla lo antes posible.
Como se ve, desde el sur y desde el oriente, el asedio vino
con nuevos métodos y viejos afanes lucrativos y codiciosos. ¡Que nuestros
políticos NO vean nada de esto, no
extraña! La casta política en Perú fracasó desde hace, por lo menos, cuatro
décadas. Sin ideas, ineptos hasta para el análisis más simple, son parte de un
diseño de corrupción del cual va a ser difícil que salgan porque siempre
estarán asociados al mismo.
Regalar la soberanía aérea del Perú a Lan Chile, no aminora
la responsabilidad gravísima que existe sobre Alan García Pérez, Enrique
Cornejo, José Antonio García Belaunde y Gonzalo Gutiérrez. ¡Por el contrario es
un capítulo que debe abrirse para su discusión más enérgica y, sobre todo, para
que se determine el castigo a los traidores a la Patria!
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